Verónica Agusti, una mirada diferente

Profiles

Verónica Agusti, fotorafía, fotógrafa venezolana, obra, propuesta

“La obra de esta venezolana transgrede los límites del mundo y del tiempo y se sitúa en el contexto del instante congelado”

La propuesta fotográfica de Verónica Agusti (Caracas, 1972) expone aspectos propios de la ciudad, pero en el contexto de finas atmósferas psicodélicas. En efecto, el trabajo de esta artista es la puesta en escena de una voyeur que recorre la urbe fijando su mirada en los detalles y en las formas que devienen mientras el tiempo se escabulle. En este sentido hay una impronta de lo efímero en su propuesta. Quizá esa aproximación al carácter pasajero de lo cotidiano esconde tras de sí preocupaciones ontológicas de gran profundidad.

En días pasados me encontré con Verónica para conversar sobre su propuesta y sobre las inquietudes que subyacen en ella. Me encontré con un alma de gran sensibilidad y con un hondo tono introspectivo. He llegado a pensar que justamente el silencio que irradia su persona sea una de las causas por las cuales el discurso al que apela Agusti sea justamente el visual. En esa oportunidad, la artista me comentó que antes de que se generalizara la inseguridad capitalina ella solía dar largas caminatas por la urbe y era justamente en ellas donde encontraba sus planos, sus composiciones y sus escenas. Entonces, ante el desdibujamiento del tiempo su lente capturaba una suerte de historia detenida y volcada para siempre y desde siempre hacia lo atemporal.

Me llamaron poderosamente la atención ciertas atmósferas psicodélicas a las que apela esta creadora a la hora de darle resolución formal a su trabajo; así, se pueden ver saturaciones de color y en general replanteos de la estética psicodélica de los sesenta y setenta en lo referido a lo cromático. Quizá ello sea espejo de la mirada de la artista volcada hacia su mundo interior en el sentido de que expresa una fuga mundi. En este caso hay una potente analogía con las experiencias místicas de los ascetas de la antigüedad que huían hacia el desierto en busca de lo divino. En lo relativo a Agusti, ella huye de la realidad más concreta a través de los filtros fotográficos que le sitúan en una perspectiva que es a la vez tanto intensa como lejana.

Uno de los aspectos que expresa la honda preocupación de la fotógrafa por el paso del tiempo es lo referido a la representación de la metamorfosis de la ciudad. Aquí la propuesta no solo asume un potente carácter de denuncia sino que también expone su inquietud por aspectos concernientes a la existencia, al misticismo y al trascendentalismo.

Esta artista ya ha tenido apariciones, tanto individuales como colectivas; tal fue el caso de la FIA (Feria Iberoamericana del Arte) 2011 en la que la creadora estuvo representada por la Canal Gallery de Caracas. De igual manera, en el año 2012 se dio su individual, Elevando el objeto de la mirada, en los espacios del Hotel Paseo Las Mercedes de Caracas. Además, esta fotógrafa realizó estudios en la ONG (Organización Nelson Garrido) caracterizada por la excelencia y la experimentalidad.

Hay, asimismo,  un profundo tono poético en este trabajo y en la rítmica inherente a él. Hay, si se quiere, un paso o tempo muy peculiar y salido de este mundo en el planteamiento de Verónica Agusti; una propuesta que en todo caso es expresión de la ciudad de Caracas, una ciudad que de algún modo ya no es y donde las gentes también han dejado de ser.

La obra de esta venezolana transgrede los límites del mundo y del tiempo y se sitúa en el contexto del instante congelado. Su obra bien podría ser la apuesta de una trovadora errante, una poesía hecha a base de imágenes bellamente elaboradas que reconstruyen y (re)presentan al mundo privado y a la experiencia de su creadora.

La vida y obra de Verónica Agusti constituye un registro muy singular de este período del arte en Venezuela. Asistimos con ella a la perspectiva de una artista que, como tantos otros que vivimos nuestra juventud durante los años noventa, volteó su mirada hacia los setenta; una década donde lo psicodélico y su desenlace –lo à gogo– marcaron pauta estilística. En ese sentido su poética inaugura un nuevo mundo, uno que ha sido replanteado de acuerdo al eclecticismo y a la mixtura de elementos.

Fuente El Nacional / El Nacional Web

Originally posted 2016-08-29 18:54:58.