Venezuela tiene potencial para exportar videojuegos

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Venezuela, potencial, videojuegos,  Álvarez y Acevedo

La ley que prohíbe los juegos bélicos ha ocasionado que los jóvenes no se arriesguen en estos proyectos por la falta de libertad para crear.

Un Bolívar con capa y lentes oscuros recorre las calles de la Venezuela colonial. Su misión es recoger monedas de oro en el camino y capturar españoles. El jugador puede cambiar al Libertador por otros próceres como José Félix Ribas, Simón Rodríguez, Francisco de Miranda, Rafael Urdaneta, Manuela Sáenz o Luisa Cáceres de Arismendi. Todos tienen dotes de superhéroes y los mismos objetivos. Este videojuego fue creado por Antonio Álvarez y Ray Acevedo, estudiantes universitarios que se juntaron para presentar una alternativa a los juegos bélicos.

Durante una entrevista en el programa El desayuno, que transmite VTV, los jóvenes revelaron que inicialmente el juego estaba disponible para las canaimitas en software libre, pero luego decidieron preparar una versión para Android que les genera ingresos en dólares.

Super Bolívar ha sido descargado 10.000 veces y 932 personas le otorgan 4,6 estrellas de 5. Los comentarios de los usuarios denotan sorpresa porque el juego funciona y felicitan a los creadores. Los que lo califican con 1 o 2 estrellas aseguran que es una imitación de otros y que no tiene nada innovador, además de que está plagado de proselitismo político.

Álvarez y Acevedo dijeron sentirse orgullosos del fruto de 4 meses de trabajo. El Inces les donó la computadora con la que programaron y Fundayacucho colaboró con el financiamiento. Hoy tienen un estudio para crear videojuegos llamado Lulzware.

Super Bolívar no es el único proyecto que se asoma tímidamente dentro del universo de los gamersIwariwë, el primer videojuego indígena de Venezuela, se le unió en la lucha. Este aborda la leyenda yanomami del dueño del fuego y fue desarrollado por Fundacite Amazonas, un ente adscrito al Ministerio para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Se estrenó el 12 de octubre y ha sido descargado 500 veces a través de Play Store. Con 40 votos de los usuarios, logra una puntuación de 4,8 estrellas de 5.

Aprender con videojuegos. Estos desarrolladores no son los primeros ni los únicos. En 2014, Annybell Villarroel era estudiante de la Universidad Simón Bolívar. Se inscribió en el programa Reto U con su proyecto Educación 2.0 y creó un videojuego para ayudar a los estudiantes de bachillerato a comprender mejor la ciencia. Obtuvo el primer lugar en el reto
La experiencia positiva de los proyectos de juegos gustó y la USB es ahora pionera en la especialización en creación y programación de videojuegos. Saúl González es cocreador del proyecto universitario y de Ludopia, una empresa que produce videojuegos con propósitos educativos.

Las legislaciones venezolanas, sin embargo, les cortan las alas creativas a los programadores. Pero con el posgrado de la USB se busca aclarar el panorama: “Aquí hay mucho interés y ánimo, aunque tenemos pocos proyectos económicamente sustentables. La ley que prohíbe los videojuegos y juguetes bélicos nos hace un daño terrible. Esperamos que con la especialización podamos darle un empujón al área”, señala González.

Los jóvenes desarrolladores de la USB no tienen la misma suerte que los creadores de Super Bolívar e Iwariwë, pues solo reciben apoyo de la universidad. “Con ayuda externa adecuada podríamos generar ventajas competitivas para convertirnos en exportadores de videojuegos”, agrega González.

La rentabilidad está comprobada. En el estado Aragua dos jóvenes se unieron para crear VA-11 HALL-A, un juego que se centra en una joven que atiende un bar en una distopía. No solo ha sido celebrado por la crítica internacional, sino que se calcula que ha generado más de 100.000 dólares en ventas. Cada descarga cuesta 19,95 dólares.

Se intentó establecer contacto con Lulzware y con los creadores de VA-11 HALL-A, pero no se obtuvo respuesta.

Fuente El Nacional

Venezuela, potencial, videojuegos,  Álvarez y Acevedo

Originally posted 2016-12-12 22:22:57.