Venezuela, cambiar la historia, Clásico Mundial, béisbol
La novena dirigida por Omar Vizquel tendrá una nueva oportunidad para revertir el inestable paso en las anteriores tres ediciones del certamen
La selección de Venezuela tendrá una nueva cita, cuando el próximo 10 de marzo inicie su participación en el Clásico Mundial de Béisbol (CMB), un torneo que siempre llena de expectativas, pero que en el resultado no ha podido corresponder a lo que se aspira, al menos en lo que fueron las primeras tres ediciones.
El torneo, que junta a las mejores 16 selecciones del planeta, ha conocido a República Dominicana (2013) y Japón (2006 y 2009) como los únicos campeones de esta joven cita internacional, algo que ha relegado a la novena nacional a la sombra de estas naciones.
2006: la esperanza diluida
En junio de 2005, la MLB anunció que lanzaría para el año siguiente el CMB, competición que nace en contraposición a la sentencia del Comité Olímpico de retirar este deporte junto al softbol después de que culminaran los Juegos de Beijing 2008. De ahí, nacería el sueño por emular a los «Héroes del 41», pero esta vez desde el profesionalismo.
Con una constelación de estrellas encabezadas por Johan Santana, Miguel Cabrera, Magglio Ordoñez, Bob Abreu, Omar Vizquel, Francisco “Kid” Rodríguez, Freddy García, entre otros, la novena criolla pisaba fuerte como una de las grandes favoritas para llevarse la cita. Ese apuntaba a ser el año.
Omar Vizquel y Marco Scutaro | Foto: Getty Images
Sin embargo, enfrente tendrían a República Dominicana como primer reto, en lo que catalogaron como “La Final Adelantada”. Con Santana en la lomita, Venezuela terminó sufriendo un castigo ante los antillanos de 11 carreras por 5 y pasó a ser víctima de los embates ofensivos de David Ortiz y Adrián Beltré.
Un mar de dudas comenzaba a caer sobre el mandamás de la selección, Luis Sojo, y sus dirigidos, quienes pudieron cumplir el trámite frente a Italia 6-0 y Australia 2-0 con pitcheo oportuno, pero una ofensiva que no alcanzaba el nivel esperado, aunque aún así consiguieron el esperado pase.
Antes del compromiso contra RD | Foto: Prensa WBC
La segunda ronda que se disputó en San Juan, Puerto Rico, fue la última parada para el combinado nacional, la cual fue compartida con los locales, Cuba, y nuevamente Dominicana para definir a los dos mejores hacia la ronda semifinal.
El primer traspié se dio frente a los cubanos, y sucumbieron 7-2, resultado que dejaba con poco margen de maniobra a la tropa de Sojo. Seguidamente, pudieron reponerse y blanquearon a los boricuas con pizarra de 6-0, dando paso al duelo decisivo ante los quisqueyanos que también llegaban con racha de 1 y 1, pero nuevamente la ofensiva no se comportó a la altura y cayeron con un doloroso 2-1 que los despedía del certamen.
Reivindicación inconclusa
La credulidad que arropaba a Venezuela previo al anterior Clásico no era la misma para 2009. Nuevamente con Luis Sojo al mando, la maquinaria vinotinto necesitaba borrar de la retina del fanático las dolorosas derrotas de tres años atrás.
Si bien el roster se mantenía como uno de los más codiciados en el torneo, otro tipo de nombres con un menor perfil, pero con calidad innegable se dejaban ver y posteriormente tendrían un rol protagónico en su accionar. Maximiliano Ramírez, José Celestino López, Armando Galarraga y Gregor Blanco fueron algunos de los peloteros que pudieron destacar.
Plantilla de la selección en 2009 | Foto: Prensa WBC
El debut en el Rogers Centre de Canadá no pudo ser mejor, una victoria contundente ante Italia por 7-0 los puso cerca de la clasificación, pero se toparon en el segundo compromiso frente a Estados Unidos y terminaron cayendo 15-6.
Este resultado colocó en vilo su pase a la segunda ronda que debió ser confirmada en el duelo decisivo ante los italianos. La ofensiva despertó y los derrotaron en un festival de cuadrangulares y en el que triunfaron 10-1. Posteriormente, la dulce venganza se hizo presente en la definición del primer lugar frente a los estadounidenses en un luchado 5-3 final en gran labor de Jan Granado.
Celebración tras el 5-3 ante EEUU | Foto: Getty Images
La segunda ronda invitó a la ilusión. Rendimientos demostrados por Celestino López, Miguel Cabrera, Magglio Ordoñez y Endy Chávez ayudaron en los desafíos frente a Holanda y Puerto Rico, triunfos necesarios que los catapultó a la semifinal.
En la definición por el primer lugar, nuevamente Estados Unidos fue el obstáculo, el cuál logró sortearse gracias a una brillante actuación monticular de Armando Galarraga y un oportuno cuadrangular de Max Ramírez de tres carreras en el sexto capítulo.
Pero en la semifinal se toparon ante el posterior subcampeón de la cita, Corea del Sur, rival que neutralizó la encendida ofensiva criolla en un encuentro que agarró forma desde el primer inning tras el error en el outfield de Bob Abreu; 10-1 fue el resultado final. La actuación de Venezuela, a comparación de la anterior edición, dejó un buen sabor de boca.
De vuelta al precipicio
Cuatro años pasaron de aquel buen CMB, y el tercer intento pintaba de gran forma para la Vinotinto. La generación de Bob Abreu, Magglio Ordoñez y Omar Vizquel le dio paso a la de Carlos González, José Altuve, Pablo Sandoval y Salvador Pérez, en un grupo que lucía complicado, con República Dominicana, Puerto Rico y la debutante España.
Tal como si fuese un déjà vu, los quisqueyanos volvieron a ser el rival en el debut para los criollos en el grupo C que se jugó en el Hiram Bithorn de Puerto Rico, y las consecuencias, tal como en 2006 fueron las mismas: derrota con resultado de 9-3, tras una mala salida de Aníbal Sánchez y una gran noche de Robinson Canó por contraparte.
El desenlace final no fue fácil. Un compromiso de vida o muerte contra el local borinqueño, encuentro en el que los criollos cayeron por 6-3, quedando eliminados en primera ronda y de allí, la peor actuación en las tres ediciones disputadas.
Tras la derrota frente a Puerto Rico | Foto: Getty Images
Cuarta oportunidad
Con mucha responsabilidad y motivación han asumido este nuevo torneo los ahora comandados por Omar Vizquel, equipo que a pesar de los baches monticulares que padece, nunca deja de tener el favoritismo que una plantilla repleta de ligamayoristas de este nivel primer nivel inspira.
Fuente El Nacional
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