Una vida entre las estrellas

Profiles

Una vida, estrella, Óscar Petit, éxito, venezolanos en el exterior

Óscar Petit revela las claves que le han permitido alcanzar el éxito fuera de las fronteras venezolanas, como reportero de espectáculos y como actor de teatro

Hoy el éxito le sonríe al comunicador social y actor marabino Óscar Petit. Como reportero de televisión del programa El gordo y la flaca de la Cadena Univisión, no hay alfombra roja a la que no sea invitado y no hay superestrella a la que no entreviste, lo cual confirman sus cuentas de redes sociales que se han convertido en una ventana a las refulgentes constelaciones hollywoodenses a las que tiene acceso VIP. No en vano, ya cuenta con un premio Emmy, como parte del equipo que realiza ese espacio televisivo.

Además, sus interpretaciones sobre las tablas tienen muy buena recepción entre el público y sus colegas, quienes aplauden su talento para generar una variada gama de emociones. Ahora bien, ¿cómo lo ha logrado? Auténtico, cordial, llano y con su cálido acento maracucho, conversó desde Miami sobre las claves que le han permitido alcanzar sus metas personales y profesionales.

Espíritu aventurero

            Originario de Cabimas, Óscar Petit pasó su infancia entre Guanare y Acarigua. Cuando decidió estudiar Comunicación Social, ingresó a la Universidad del Zulia (LUZ). Después de obtener su título a principios de los 90, trabajó con Los Niños Cantores de Lara. En Barquisimeto creció como periodista. Allí se desempeñó como redactor, reportero y como animador de un programa de opinión.

También fue corresponsal en Lara de un canal de televisión de alcance nacional. Posteriormente, en Caracas, se convirtió en el Jefe de prensa y protocolo en el Ministerio de Comunicaciones. “Un día decidí que vendría a Miami. No había estado en Estados Unidos, no hablaba inglés, no tenía conocidos ni amigos aquí, pero igualito hice mis maletas y emprendí el vuelo. Quería retarme, crecer y aventurarme. Ya hace más de dos décadas de eso”, le da un vistazo al pasado.

Cuando llegó a Miami, Óscar debió superar varias barreras. “Al principio, estacioné carros, fui mesero, lavé platos y vendí lentes. Por ese entonces, toqué muchas puertas, pero no me atendían. A pesar de eso, mantuve en mente volver a ejercer el periodismo”, rememora con franqueza. “De pronto, vi que NBC buscaba periodistas. Aprobé sus pruebas y trabajé con ellos en Carolina del Norte por año y medio. Me asignaron una residencia y un vehículo, además de resolver mi situación legal como inmigrante. Fue una escuela para mí hasta que cerraron. Entonces, me fui a Atlanta a trabajar en The Weather Channel, pero el frío me afectó y me enviaron a trabajar a la sede de Miami. Al concluir mi contrato, ingresé a Univisión, empresa en la que trabajo desde hace 19 años. Por tres años fui parte del equipo de El blablazo. Con Despierta América estuve 11 años. Hace 5 años me sumé a El gordo y la flaca”.

-¿Qué fue lo más difícil de empezar de nuevo en otro país?

-Experimenté momentos duros al dejar Venezuela y salir de mi zona de confort. Significó volver a empezar lejos de familiares, amigos y conocidos. Derramé lágrimas en el proceso. A pesar de eso, estoy contento de haber tomado esa decisión, porque he crecido. Hoy sigo trabajando durísimo para mantenerme, para llevar el nombre de Venezuela en alto y sentir la satisfacción de que estoy realizando un trabajo que vale la pena.

-¿Existe una llave maestra para abrir la puerta al éxito?

-Se abre esa puerta con el buen comportamiento, haciendo un trabajo con calidad y pasión, siendo amable y sencillo. Nada es fácil ni es gratis, porque lo que llega así, se va igual. Otra clave es jamás dejar de soñar. También funciona ser perseverante. Muchas veces me han dado un “no” como respuesta. Ya como periodista de Univisión, hace unos años me veían como “el latinito ese”, pero eso no me detuvo. Empecé entrevistando a actores desconocidos y, por mi insistencia, ahora entrevisto a estrellas famosas. Por cada “no” que me digan, tengo 50 “sí” de bono. Si eres constante, alguien te dará un “sí” en algún momento.

 Reportero experimentado

Trabajar en El gordo y la flaca, junto a Raúl de Molina y Lili Estefan, es una experiencia enriquecedora, de acuerdo al profesional de la comunicación. “Los respeto muchísimo, porque aprendo cada día de ellos. Somos como una familia. Nos peleamos, nos reconciliamos y volvemos a empezar la rueda. Esa buena relación se nota en pantalla”, indica.

-¿Cómo te describes como periodista?

– En LUZ aprendí que un verdadero periodista es aquel que logra que alguien le revele información sin sentirse culpable. Se consigue más de un entrevistado cuando se siente en confianza, que cuando es atacado. Tampoco me comporto como fanático, porque eso también incomoda a quien está en frente. Siempre tengo presente que se puede ser sincero, sin ofender. Además, estoy dispuesto a seguir aprendiendo y siempre estoy preparado para lo imprevisto.

-¿Qué es lo más exigente de cubrir un evento en la alfombra roja?

-Es preciso aprovechar los pocos minutos que se tienen con cada entrevistado. También prever quienes serán los entrevistados que no pueden faltar, sin dejar de lado a los que aparecen en el camino. La clave es calmarse y hacer que la gente la pase bien. Así todo fluye.

Rodeado de estrellas

Óscar ha entrevistado a una larga lista de cantantes, actores y actrices de origen hispano de fama internacional. En los últimos años, también ha entrevistado a famosas figuras hollywoodenses de la talla de Angelina Jolie, Brad Pitt, Tom Hanks, Vin Diesel y La Roca. “Entre más grandes en fama y trayectoria, más sencillos. A veces los artistas hispanos son los más complicados, no por ellos, por quienes los manejan. Gracias a Dios, la mayoría de los entrevistados ha sido muy cordial”, revela.

-¿Cuál ha sido el entrevistado más difícil hasta el momento?

-Eddie Murphy ha sido el más pedante hasta ahora. A pesar de que en pantalla se ve tan gracioso, conmigo resultó complicado. Respondió con monosílabos y no quería que lo mirara a los ojos. Ese comportamiento demuestra algún tipo de complejo.

-Debido a tu trabajo viajas con frecuencia. ¿Cuál ha sido el destino que te ha resultado más agradable hasta ahora?

-Kioto ha sido mi favorito hasta ahora, porque conjuga modernidad, tradición e historia.

-¿Qué es lo que más te agrada del trabajo que haces?

-Todas las personas que se cruzado en mi camino, porque todas me enseñan algo y me ayudan a crecer como ser humano.

En los zapatos del actor

Durante su etapa universitaria, Óscar tomó clases de actuación en LUZ y después en la Sociedad Dramática del Zulia. No obstante, cuando se graduó de comunicador social, esa faceta se quedó dormida. Hasta que Manuel Mendoza, escritor, director y productor venezolano, le dio la oportunidad de volver al teatro en Confesiones del pene. “Pude comprobar que esa parte de mí no se había perdido. Después participé en Micro Teatro Miami con otros montajes. Al participar en Soberanos caníbales deseché el personaje que me dieron y me inventé a un travesti llamado Muñeca, alias La Ñeca”, cuenta sobre el papel que luego dio origen a Pa’ dentro y pa’ fuera, producción teatral que ha superado sus expectativas, las de otros actores y las del público.

-¿Cómo ha sido la experiencia de meterse en la piel de un travesti?

-En solo 15 minutos, Pa’ dentro y pa’ fuera lleva al publico del humor, al drama, pasando por la reflexión. Muñeca es un personaje que invita a la tolerancia y a no juzgar a nadie por su apariencia. Actrices de trayectoria como Alba Roversi y Flor Núñez elogiaron mi interpretación de La Ñeca y eso para mí es un honor.

-¿Tienes nuevos planes en materia de actuación en este momento?

-Quisiera presentar Pa’ dentro y pa’ fuera en Caracas, Barquisimeto y Maracaibo. Igualmente, he actuado en piezas promocionales en premieres de algunas películas. De pronto, tengo posibilidades en Broadway y Hollywood. Vin Diesel me dijo que me iba a invitar a participar en una de sus películas, pero todavía estoy esperando. No sueño con ser un actor consagrado, pero si se dan las oportunidades, no me negaré.

Corazón bondadoso

Óscar asegura que quien deja su tierra para vivir en otro país no puede olvidar sus orígenes ni envanecerse, porque eso sería como obviar las raíces, el pasado y esfuerzo hecho. “De la misma manera, es importante emplear parte de los frutos del éxito logrado en ayudar a otros que lo necesitan”, señala el reportero, quien trabaja por la fundación Amor y vida, que ampara a niños huérfanos con VIH en Honduras. Recientemente, el periodista se comunicó con artistas como Shakira, Ricky Martin, Juanes, Laura Pausini y Gloria Estefan, con los que mantiene una relación de amistad, para que le obsequiaran algunos artículos personales para subastarlos. Así logró recaudar más de 20 mil dólares para contribuir con los niños de Amor y vida, a quienes también los llevó al Mundo Disney. “La vida solo es gratificante cuando le encuentras sentido y estas acciones le dan sentido a mi vida”, afirma.

 

Fuente Revista Dominical

Una vida, estrella, Óscar Petit, éxito, venezolanos en el exterior