Los esposos Suly López y Edwins Acosta son coreógrafos de Chino y Nacho. Desde hace casi un año viven en Miami -donde también han bailado en las galas de los premios Billboard y Latin Grammys -, pero sus movimientos comenzaron en la Cota 905 y en Coche. Esta es la historia de un exilio artístico.
El rasgo principal de la coreografía del tema Tu Angelito, de Chino y Nacho -manitas cruzadas con aleteos que simulan un vuelo- surgió en Coche, el suburbio caraqueño donde una vez vivió Jesús Miranda: «Chino quería un detalle sencillo, pero vistoso y yo me puse a crearlo con Suly», recuerda Edwins Acosta, desde Miami, a donde se mudó en octubre de 2015.
Cuando surgió su idea, era cerca de la medianoche, la hora de mayor productividad para Edwins (no para Suly), y los bailarines, que habían improvisado en su casa una sala de danza, saltaron de la cama -donde dormían- a diseñar los movimientos de la canción.
Hoy, la propuesta coreográfica de Acosta se reconoce también en temas como Me voy enamorando, Andas en mi cabeza o Dame un besito. Pero no siempre fue así.
«Llevo ocho años trabajando con ellos; mi esposa, siete», diferencia Edwins. «Un año antes de mi ingreso, había hecho una suplencia en una presentación en Higuerote, para la cual solo había tenido un día de ensayos. En esa ocasión conocí al mánager -Pablo Villalobos- y él me pidió el número telefónico. A los dos meses me llamó e inicié las rutinas formalmente».
Como coreógrafos han intervenido, también, en el festival de Viña del Mar, en la gala de los premios Lo Nuestro y en las presentaciones internacionales de los puertorriqueños Víctor Manuelle, Gilberto Santa Rosa, Zion y Lennox; asimismo, en las de los cubanos Gente de Zona y en las del mexicano Mando, entre otros.
Antes de su oficio de bailarín, Acosta fue atleta profesional de saltos ornamentales, durante 11 años. Sin embargo, desde pequeño dice haber sentido gusto por la danza, a la que se acercó, primero, en el colegio Carlos Delgado Chalbaud, en el barrio Cochecito y, luego, en la Escuela Uno, en la urbanización Santa Mónica, donde culminó la etapa escolar.
«Como deportista me llevaron a Cuba para entrenar y yo me escapaba para bailar salsa casino», comenta entre risas. «Sin decirle a mis padres, abandoné el deporte y me quedé con el baile, becado por la profesora Arelis Guevara, en la escuela Imagen Latina, en el YMCA de San Bernardino. Y al año y medio comencé una gira en Venezuela con Oscar D’León».
En cambio, López empezó a los ocho años de edad en Danzas Estrellitas, en la Cota 905, y al año se inscribió en la academia de Mery Cortés, con quien estuvo los siguientes 10 años.
Protagonista de Innamorata, un video reciente de Laura Pausini, Suly se recuerda caminando interminables escaleras desde el barrio Brisas del Paraíso, lo más alto de la convulsionada Cota 905, donde vivió toda su primera juventud. Muchas veces bromeó con su madre con que bajaría en parapente a la ciudad.
«Me da mucha tristeza cómo está mi barrio, porque ahí pasé gran parte de mi vida, experimenté momentos supertraumáticos, como la muerte de una prima por un tiroteo, pero gracias a Dios yo pude salir, aunque me parece ‘chimbo’ lo que sigue ocurriendo. Había delincuencia, no a los niveles de ahora. Allá solo nos queda otra prima y ha sido difícil sacarla».
La Cota 905 está clasificada como una zona roja de Caracas, donde operan grupos armados que imponen el secuestro y la extorsión como negocios. «Yo viví en un momento cuando podía llegar a las doce de la noche y las personas que estaban despiertas solo decían: ‘Ahí viene la bailarina’. Ya no es así».
Confiesa amar el recuerdo de su casa, obtenida con sacrificio por su familia, ahora reubicada en una vivienda de la avenida Bolívar. «Aunque me mantenía con mente positiva, no dejaba de pensar en los ‘plomos’ y en salir adelante. En un momento no quise estar más allá».
Esta joven, de 29 años como su esposo, fue ganando experiencia en competencias internacionales de salsa con la compañía de Mery Cortés, luego trabajó para el grupo Calle Ciega y cuando conoció a Edwins en la academia Venezuela Latin Dance, este, en condición de novios, le manifestó que Chino y Nacho buscaban a una bailarina para ampliar el cuerpo coreográfico. Asistió a la audición y fue seleccionada.
En ese transcurso, los dos enfrentaron un reto de salsa en Curazao ante otros bailarines latinos. No se llevaron el premio, pero el sueño de salir del país seguía creciendo. A su regreso, Edwins debió emprender con Chino y Nacho, más el mánager y otro bailarín, una gira de medios por Colombia. «Era la primera vez que salía con ellos y estuvimos por dos semanas».
Establecidos con Chino y Nacho, no olvidan un periplo llevado a cabo en Texas, donde el público estaba compuesto, en su mayoría, por gente montada a caballo y con sombreros. La presentación no tenía ningún arraigo en el auditorio hasta que sonó Mi niña bonita y el ánimo del lugar se tornó intensamente latino.
Trabajar con cantantes tan distintos o con otros tan parecidos musicalmente representa un reto artístico. «Laura Pausini es pop, pero Miriam Hernández, a quien acompañamos en Chile, es baladista», distingue Suly para dejar paso a Edwins, quien explica el proceso creativo: «Nos basamos en la personalidad del artista, en lo que quiere y en el manejo que haga de su imagen. A partir de esos elementos creamos un concepto y procuramos contar una historia. Obviamente, la manera como bailamos Tu Angelito no se adecúa a un artista como Don Omar, que tiene una energía más agresiva».
Desde Miami Lakes, donde viven, Suly y Edwins aseguran que para ellos era importante seguir en Venezuela. Mantenían las esperanzas de un cambio en la situación política. «Pero no fue así», se lamentan. «Aquí nos desarrollamos y comemos nuestras arepas. Ya los amigos ‘gringos’ nos visitan pidiendo ‘donuts‘. Así se refieren a nuestras arepas fritas, rellenas de queso amarillo y jamón», ríen mientras dicen sentir en su exilio artístico la necesidad recurrente de escuchar los temas Solo por hoy, de Jimmy Bosch, y Amor y control (‘familia es familia’), de Rubén Blades. Es una de las formas que tienen de conectar con el cerro de la Cota 905 y con las veredas de Coche, de donde una vez salieron para el baile latinoamericano que ahora disfrutan al lado de sus coterráneos Chino y Nacho.
Originally posted 2016-06-27 18:50:00.