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No importa si estudiaste en uno público o en uno privado; o si le llamabas escuela, liceo o colegio. Si estudiaste en Venezuela te sentirás identificado con todas estas situaciones.
Un colegio venezolano es más que un centro de estudios, porque fue allí donde aprendiste matemáticas, química y castellano; donde conociste a tus mejores amigos; donde besaste por primera vez y viviste experiencias inolvidables.
Prepárate para recordar los mejores momentos de tu infancia y adolescencia, porque en este artículo repasaremos 15 señales que indican que estudiaste en un colegio venezolano.
1. Comprabas chicha al salir de clases
En todo colegio venezolano había un señor en el frente con un carrito vendiendo chicha, panela con limón, tizana o cepillado.
Tú, por supuesto, para contribuir con su economía (y arruinar a tus padres) le comprabas una chicha todos los días con lo que te sobraba del recreo.
2. Tenías un compañero al que llamaban “el chino”
No importa si no era 100% asiático, de hecho, si solo tenía los ojos un poco achinados también se ganaba desde primer grado y hasta la graduación el apodo “El Chino”.
Eso sí, por lo general “El Chino” (aunque no fuese chino) era uno de los chamos más populares del colegio.
3. También un compañero al que llamaban “El Gordo”
Él era el más gordo de la clase, pero también el más pana, divertido y jodedor. A “El Gordo” no le molestaba que lo llamaran así (el bullying en aquellos tiempos como que no existía), de hecho, era él quien bromeaba con su figura, bailaba y hacía tonterías para hacer reír al resto de la clase.
El Gordo también era uno de los más populares de un colegio venezolano.
4. Participaste en una guerra de bolas de papel
Y hasta las tenías guardadas en el morral por si en algún momento de la clase a alguien se le ocurría gritar: “¡Guerra!”
Las guerras de papel por lo general se hacían durante los minutos que la profesora salía del salón.
5. Formaste parte del equipo de futbol o kikimbol
Los entrenamientos, campeonatos y juegos contra otros colegios eran la excusa perfecta para salirte de clases antes que el resto de la clase.
Además, formar parte los equipos de fútbol o kikimbol te daban cierta popularidad.
6. Comprabas un pastelito, un tequeño y una malta con 500 bolívares
Si eras de los que no llevaba lonchera, tu padre o tu madre te daban un billete de 500 bolívares para comprarte el desayuno y eso te alcanzaba para comprar un pastelito, un tequeño y una malta.
¡Y a veces te quedaba para la chicha!
7. Hiciste la Primera Comunión con tus compañeros de clase
Si eres católico y además estudiaste en un colegio venezolano, en los últimos años de primaria tuviste clases de “catequesis” y tuviste la dicha de hacer la Primera Comunión con tus compañeros.
8. “Pediste el empate” por primera vez
O te lo pidieron. Fue en la escuela donde conociste a tu primer gran amor, aunque meses después te dieras cuenta de que ni siquiera te gustaba.
Eso sí, hay más historias de matrimonios que se conocieron en el colegio o liceo de las que creemos.
9. Le dijiste a una profesora que era “antipedagógica”
“Antipedagógica”: La palabra favorita de los estudiantes de bachillerato. Bastaba con que una profesora no les permitiera salir antes o solo diera clases de teoría para darle una lección de pedagogía que solo servía para hacer pasar la hora hasta que sonara el timbre.
También se vieron casos de recolección de firmas para “cambiar” al profesor. La mayoría de las veces sin éxito.
10. Le rogaste al director que no llamara a tu representante
En la mayoría de los colegios venezolanos una travesura se paga con una citación al representante. Por eso el día que se te ocurrió escaparte de clases, jugarle una broma a un profesor o hacer una maldad en el recreo, el director te amenazó con llamar a tu madre y tú casi llorando le rogaste que no lo hiciera.
11. Tuviste piques con la otra sección
No había ninguna razón para que fuesen rivales, excepto competir por ser la mejor sección del colegio.
Comparar la sección A con la B era algo habitual y lo peor que te podía pasar era que al siguiente año te cambiaran y tuvieses que irte a territorio de tus “archienemigos”.
Aunque después de un mes terminabas adaptándote y amando a tus nuevos compañeros.
12. Hiciste una vaca para “los cumpleañeros del mes”
El último viernes de cada mes era el mejor, porque reunían dinero entre todos y compraban una torta para los cumpleañeros del mes. Después de todo, las excusas para no ver clases sobraban.
13. Le ponías apodos a todos los profesores
No había nada más divertido que ponerle sobrenombres a los profesores, bien sea por sus rasgos físicos, su parecido con personajes de la televisión o comiquitas, o por su forma de ser.
“Troncha toro”, “Makelele” y “Yogui” no podían faltar.
14. Hiciste una rifa para recaudar fondos
En algún momento de tu época escolar participaste o vendiste tiquets de una rifa para recaudar fondos, bien sea para poner aires acondicionados en los salones (y al final nunca disfrutar de ellos), pagar el paquete de graduación, hacer un viaje o una labor social.
15. Lloraste en tu último timbre
El último día de clases en quinto año lloraste como si se estuviese acabando el mundo y sentiste nostalgia por dejar tu colegio, que a pesar de todos los fallos fue el lugar donde conociste a tus mejores amigos.
También te “rayaron” la camisa tus compañeros con un “Nunk me olvides” o un “Amig@s x 100pre”.
Sin duda haber estudiado en un colegio venezolano ha sido un factor determinante para convertirnos en las personas que somos hoy. No hay mejor satisfacción para un profesor que encontrarse con quienes fueron sus alumnos 5, 10 o 15 años después y felicitarles por sus logros.
Después de todo, ese es el mejor regalo que pueden recibir.
Fuente Rootsalad
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Originally posted 2016-08-26 20:23:59.