Romina Garavito, la muchacha de los vestidos

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Romina Garavito, a sus 24 años de edad ha diseñado más de 100 vestidos, y vendido miles de ellos. Su marca, Pantaletas de Costal, goza de gran popularidad en Instagram y Facebook. Diariamente realiza envíos a distintas partes del país, al tiempo que atiende a quienes visitan su tienda, e incluso viste a mujeres en Panamá.

Entre sus aspiraciones inmediatas, está tener presencia en el mercado mexicano, al menos para las temporadas de verano y primavera. “La muchacha de los vestidos”, como se le conoce, es una mujer emprendedora. El deseo de usar vestidos bonitos, diferentes a los que había en el mercado, y más económicos, la llevó a experimentar con una máquina casera. “Tenía 17 años cuando mi mamá me regaló una máquina de coser. A los 18 empecé a coser. A arreglar mi ropa, y hacer algunos vestidos. Recuerdo que tenía unos que había comprado en Cúcuta, porque los que vendían aquí no me gustaban; pero ya los tenía rayados, y empecé a comprar tela y hacerme ropa. Así, fui agarrando destreza”.

Romina no estudió Diseño, solo recibió un curso en la Escuela de Labores. Explica que su aprendizaje ha sido muy empírico. Sus vestidos empezaron a llamar la atención y sus amigas le propusieron coser para ellas también. “Nunca me quedaba igual, porque tenía solo una máquina casera, nada industrial. Luego, era mucha gente pidiéndome cosas y no daba abasto. Entonces recibí la ayuda de Luis (su novio) y reunimos el dinero para comprar una máquina industrial. Fue algo bien sudado”.

Recuerda que en el 2012 creó su cuenta en Instagram, y mucha gente empezó a conocer su trabajo. Luego fue el Facebook. “Las redes sociales son la base de todo. Si no estás activo en las redes sociales, esto no funciona fácil”, sentencia la emprendedora, al relatar que con apenas 100 seguidores, ya hacían envíos grandes a la capital del país. La joven ahora tiene 8 empleados en su fábrica y una marca que se consolida con el nombre de su correo electrónico a los 13 años de edad.

Pantaletas de Costal se convirtió en su proyecto de vida. Nunca ha recibido financiamiento económico de algún ente; pero sí ha amanecido cosiendo en temporadas altas para conseguir el dinero y comprar su maquinaria.  La situación económica del país le ha puesto trabas, como a cualquiera, pero su trabajo es seguir adelante. Para un emprendedor, el reto es parte de su día a día.

Fuente Revista Venezolana

Originally posted 2016-05-03 20:34:07.