La gastronomía de Caracas sigue siendo tan impresionante como siempre, tanto para propios como para visitantes. Para comer una buena arepa, pues bastará con ir a alguna de sus varias areperas y probar con uno o dos sabores. Lo mismo si lo que deseas es una buena cachapa, hecha a base de mazorca o “jojoto”- como le decimos los venezolanos- rellenas con queso. Pero si se trata de degustar platos innovadores que llevan la identidad venezolana, tienen que pasar por al menos uno de estos lugares y disfrutar de la mejor manera: comiendo mucho.
Chacao Bistró (@chacaobistro)
La balanza es uno de sus platos más emblemáticos: una docena de arepitas hechas con masa de yuca y que son de varios colores porque también tienen zanahoria, remolacha, aguacate y chicharrón. El plato también tiene tequeños, pollo, queso, nata y una torta de queso criollo para darle el toque dulce. Perfecto para un brunch.
La Casa Bistró (@lacasabistro)
A veces hay que esperar hasta 45 minutos por una mesa y es porque vale la pena. Tienen su propio huerto, hacen pan cada día y elaboran hasta la charcutería y embutidos que sirven. Si van a desayunar, por favor pidan las arepas de maíz pilado y acompañantes como sardinas fritas, perico (huevos revueltos), queso, caraotas y aguacate. No dejen pasar las empanadas de pescado y si quieren un plato más fuerte, no olviden el asado negro. Eso es venezolanísimo.
El Café del Establo (@cafedelestablo)
Cuando lleguen pidan sin dudar el Fondue de queso telita. No se les va a olvidar su sabor jamás en la vida. Y para otro día, pueden pedir el desayuno imperial o una buena cachapa con pernil. Pero en serio, no olviden el fondue.
Amapola (@amapola_rest)
Dicen que sus platos tienen el sabor de la cocina de las abuelas. Allí se pueden dar banquete con los tequeños de queso telita, los buñuelos de yuca, croquetas de asado negro o ñoquis de apio salteados con ají dulce, un ingrediente que identifica a la cocina venezolana en cualquier parte del mundo. Mención aparte merecen sus helados como el de tomate de árbol con cocuy o el de parchita.
Mingo Restaurant (@mingorestaurant)
Todo aquí es muy criollo, con una presentación impecable. Tienen un plato que se llama “El viaje” que resume a la perfección los sabores de Venezuela: cochino frito, arroz, caraotas negras, aguacate, carne mechada y tajadas. Aquí pueden probar arepitas de pernil o de reina pepiada; lomito llanero ahumado, asado negro, ceviche de róbalo y no seguimos porque se nos hace agua la boca.
La Arepa Pelá (@laarepapela)
Desde hace varios años y cada fin de semana, el puestico de Arepa Pelá abre desde las seis de la mañana hasta la última arepa. Están en el Mercadito de Los Palos Grandes y son expertos en hacer arepas de maíz pilado con rellenos estrambóticos. Se hacen largas filas, hay que llegar tempranísimo para no quedarse sin comer. Y ya que andarán por el mercadito, tampoco dejen de probar las cachapas de queso y pernil, que son famosísimas por ahí.
Hajillos (@hajillos)
Sea lo que sea que vayan a pedir, hagan espacio para la crema de zanahorias con jengibre y vegetales; también para el arroz con mango y un postre como el cheesecake hecho sobre puré de plátano. Puro sabor criollo.
Café Casa Veroes (@casaveroes)
Cuando llegas y te encuentras con esa pizarra que cuenta el menú del día, no sabrás qué plato pedir. Quizá una chicharronada de entrada, con cachapa de hoja y queso de trenza; luego un asado negro de osobuco y de postre un cremoso de Chuao, puro cacao venezolano. Si hay polenta caraqueña, por favor no la dejen pasar.
Rialto (@restauranterialto)
Si en la carta siguen ofreciendo los raviolis de cazón en salsa de chipi chipi, pruébenlos porque son una delicia. También pueden atreverse con un risotto de morcilla carupanera o una buena pasta de camarones y guacucos. Además, está en el casco histórico, lo que hace que la experiencia sea mucho más caraqueña aún.
Cachapas Doña Inés (@cachapasines)
Es un clásico: son las famosas cachapas que se hacen en la carretera de la Unión. Hay que pedirlas con queso telita y pernil, acompañadas de un buen jugo de frutas con yogurt. Son inmensas en tamaño y en sabor.
La Criollísima Gorda (@lacriollisimagorda)
Es uno de los restaurantes más antiguos de El Hatillo. Desde el año 1983 han ofrecido comida casera, criolla y abundante: pabellón, lengua en salsa o postres tan deliciosos como el quesillo de coco. Se sabe que Gabriel García Márquez salió muy contento de allí después de comer un arroz con pollo. ¿Seguirás los pasos de Gabo?
Fuente Matador Network
Originally posted 2016-06-22 18:19:25.