Mónica Sordo, orfebre, diseñadora venezolana, venezolanos en el exterior, Nueva York, moda
La caraqueña, que vive en Nueva York, destaca cómo la crisis en Venezuela ha obligado a impulsar la creatividad en el sector.
El camino de Mónica Sordo en el mundo de la moda comenzó hace casi nueve años, cuando dejó Venezuela y fue a estudiar en Milán. Después, tomaría otro rumbo: fue a Madrid como editora de moda para Marie Claire España y para El País y luego decidió aventurarse y mudarse a Nueva York para trabajar en las oficinas de Relaciones Públicas de Christian Louboutin.
Sordo, quien siempre tuvo la necesidad de expresarse creativamente, asegura que confiada en su experiencia laboral decidió “lanzarse al agua” y crear su propia marca.
Su “sexto sentido” la llevó a diseñar accesorios, pero también se inspiró en el trabajo de su mamá como orfebre. Las primeras muestras que Sordo presentó en Nueva York permitieron que la marca se conociera poco a poco. La dueña de Five Story, una boutique neoyorkina, la contactó para comenzar a vender sus piezas.
De acuerdo con Sordo, su marca ha tenido tanto éxito en un mercado tan saturado porque creó un sello personal, con un “look muy específico”.
“Una de las cosas que me ha ayudado es no seguir las tendencias de una forma tan clara. Obviamente hay gente que está haciendo cosas geniales y está creando tendencias, pero algo que he logrado es pertenecer a ese grupo. Trato de no ver joyería a mi alrededor y tener ideas originales”, dijo.
Sordo recalca lo importante que es garantizar la calidad de sus piezas, por esa razón sus joyeros y artesanos ponen especial énfasis en el acabado. Su equipo, que se encuentra en Lima, Perú, es especialista en joyería fina.
A su juicio, para que una marca se destaque en el mercado competitivo de accesorios, necesita “diseño, originalidad, calidad, un buen equipo de ventas y de relaciones públicas, y un producto que sea bueno y diferente que sepa a quién quiere llegarle”.
Inspirada en Venezuela
Su colección Otoño-Invierno 2016, titulada Altamira, es muestra de su trabajo creativo conjugado con su identidad venezolana. Las piezas son una oda a la arquitectura caraqueña de los años cincuenta porque las joyas son su interpretación de las Torres de El Silencio, del Hotel Tamanaco y del Obelisco de Altamira. La colección la presentó a la prensa a mediados de año.
La marca está presente en Caracas, en la joyería Manos Que Hablan, en Los Palos Grandes; en Galerías Slabon, en los centros comerciales Paseo El Hatillo y el Tolón y en Trendsugar, en Santa Eduvigis.
Para Mónica Sordo, la crisis que vive Venezuela llegó a un punto que nunca pensó que alcanzaría. Sostiene que dentro de lo negativo que sucede en el país, ella buscó destacar lo positivo que ocurre en el rubro creativo, específicamente en el diseño: “Los diseñadores se pusieron las pilas, se esfuerzan más, trabajan más para lograr lo que quieren. Dentro del área creativa, por la crisis, han surgido cosas bonitas porque todos se están esforzando mucho más por explotar su creatividad. Esto es algo que tiene mucho valor”.
Fuente El Nacional / El Nacional Web
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Originally posted 2016-08-25 16:13:03.