Luis Fernández: «Ser mujer es demasiado complicado»

Profiles

Luis Fernández, Actor Venezolano, Tamara, protagonista, gran pantalla venezolana

El actor volvió a la gran pantalla venezolana como protagonista de Tamara, el nuevo filme de Elia Schneider inspirado en la vida de la diputada transgénero Tamara Adrián. Lo acompañan Mimí Lazo, Prakriti Maduro, Karina Velásquez y Julie Restifo.

Una historia intimista. Construida a base de gestos, especialmente, miradas y contenciones emotivas muy convincentes. Así es Tamara, la película de Elia Schneider que se inspira en la vida de la diputada transgénero venezolana Tamara Adrián, de la cual es pertinente aclarar, no está concebida como una biografía literal. La compenetración que alcanzó la directora con los actores es apreciable: se evidencia cuando puede disfrutarse, sin estereotipos, sin clichés, a un Luis Fernández vestido de hombre con una expresión que hace verle inevitablemente femenino. Convencen, también, Karina Velásquez como la esposa de Tomás Almanza (nombre del personaje al inicio del filme); Julie Restifo como su paciente terapeuta; Prakriti Maduro como la nueva pareja de Tamara, antes y después de su proceso de reasignación de género; y Mimí Lazo como la estoica madre. En esta conversación telefónica Caracas-Los Ángeles, Fernández comenta sobre su participación en la película y el tema que aborda: lo transgénero en la sociedad actual.

Frente al espejo
Hace unos meses, en tu perfil de Facebook, colocaste un comentario sobre el filme La chica danesa, explicando que no era para todas las audiencias…
«Creo que La chica danesa, como Tamara, son películas que abordan el tema transgénero desde un punto de vista constructivo. Se separan del dogma que imponen la religión y los preceptos morales anquilosados que heredamos de nuestros abuelos. No son filmes para ese 20 por ciento de la audiencia que es dogmático e ignorante, que normalmente critica muy duro y parece que fuera mayor en número. Tamara y La chica danesa son películas dirigidas al 80 por ciento que está dispuesto a evolucionar, a encontrar nuevos valores, a crear un mundo más respetuoso y que celebra la diversidad para poder evolucionar».

¿Sientes que coinciden ambas películas en sus premisas?
«Coinciden en su planteamiento, que no es otro que nuestra esencia trasciende el empaque en el que venimos envueltos, nuestro cuerpo, al que le hemos dado tanta importancia. No somos esencialmente nuestro cuerpo, somos mucho más que eso. Y en estas películas entendemos que uno se enamora de la esencia de la otra persona, independientemente de su físico, que toda la atracción animal es muy trivial, muy superficial».

¿Crees que la audiencia venezolana está preparada para una película como Tamara?
«Creo que sí. Esto lo ves con el altísimo índice de aceptación que tiene Tamara Adrián en el colectivo. Cuando tú mencionas a Tamara en un debate público en el que se hable de su influencia la percepción de las audiencias es mayoritariamente positiva. El público venezolano se ha subestimado muchísimo y creo que está bastante entrenado y educado para estos contenidos. Lo he podido comprobar cuando lo comparo con el de otras partes del mundo. Hay un público venezolano ávido de temas profundos tratados con seriedad. A ese vamos dirigidos».

¿Cómo fue comenzar a interpretar a Tamara Adrián?
«Fíjate, yo conocí a Tamara cuando la entrevisté para mi programa de radio Sexo Sentido, hace ya unos cuantos años. Y quedamos muy buenos amigos, porque Tamara, obviamente, es una mujer brillante, extraordinaria y creo que está sentando un precedente fundamental en la evolución de la conciencia colectiva en la sociedad venezolana, especialmente para el colectivo transgénero. Cuando Elia Schneider me llama para comentarme el proyecto, me asusté, porque no solamente es difícil interpretar a una persona que existe sino que, además, es amiga tuya».

¿Cómo la construiste?
«Trabajé con el método de Stella Adler, que usa Elia con sus actores, y que es muy minucioso. Acordamos crear un marco mental y emocional en el que yo, Luis Fernández, pudiese explorar la mujer que potencialmente habría en mí. Y fabricar una que fuese inspirada en esa mujer, que partiera de mí, de mis vivencias, de mis emociones y de mi físico. Hicimos esa tarea con meses de antelación al rodaje».

¿Cómo fue tu relación con Tamara durante el rodaje?
«Conversamos muchísimo. Fue una conversación muy franca, tenía que serlo ya que se trata de una ficción inspirada en la vida de Tamara, que no un documental sobre ella. En todo caso, la garantía que quería darle a Tamara era que yo no iba a imitarla, porque yo, además, no soy un imitador, sino que iba a crear mi propio personaje. Le pedí detalles del proceso de reasignación, la hormonación, el tema social, familiar, la pareja. Se convirtió en una asesora. Estuvo varios días en el rodaje, lo cual fue un poco surrealista, que la persona a la que estás interpretando esté en ese proceso contigo».

Es un rol muy vulnerable…
«Claro. Es que imagínate lo que puede ser verte en el espejo y no reconocerte a ti mismo o a tu sexo psicológico en el empaque en el que estás. Ese cortocircuito que, además, se da a muy temprana edad en niños y niñas trans, de cuatro o cinco años, es una gran angustia. ¿Cómo cargas con esa angustia todos los días de tu vida? Para mí el reto era que se viera esa angustia, ese dolor, ese sufrimiento de no encajar, primero que nada en tu propio cuerpo y luego no encajar en el resto de la sociedad, por mucho que lo intentes. Mi reto fue transmitir ese miedo de sentirte inadecuado continuamente. Esa sensación tenía que estar presente en toda la película. Hasta que por fin el personaje está en el cuerpo que le corresponde. Si detallas la película te fijarás que ella, mientras está en el cuerpo de un hombre, es insegura, tímida, no se halla y, ciertamente, es muy vulnerable. Pero cuando se reasigna el género y ya se siente mujer, tiene la fuerza y la necesidad de validar sus derechos y los de la gente que, como ella, está luchando por tener una voz».

¿Cuál fue la escena más difícil?
«Las escenas que hago con Giovanna Lozada, que en la vida real es una mujer transexual, fueron para mí dolorosísimas. Giovanna hace un trabajo valiente y conmovedor en la película. Tenerla a ella al frente era tener la realidad del personaje al frente. Quedé emocionalmente devastado».

Ya te habías travestido para otros proyectos…
«Sí. Pero eso es otra cosa. El travestismo es un arte externo, te permite tener un personaje más superficial. Interesante, pero más en la onda del humor travesti. Dista del tema transgénero que es un tema de identidad sexual y que aparece cuando tienes tres o cuatro años de edad. Por eso me parece importante que películas como esta ilustren a quienes quieran saber más de la materia. Que quede claro que esa letra ‘t’ cuando se habla de la comunidad LGBTI no está referida a la orientación sexual sino a la identidad sexual».

¿Qué es la identidad sexual, según tu punto de vista?
«No se trata de con quién te acuestas se trata de a quién ves en el espejo. De quién eres tú psicológicamente y en qué empaque estás».

¿Qué ves hoy en día cuando te ves en el espejo?
«Me acepto un poquito más que antes».

¿No te aceptabas antes? Eso no se te cree…
«Bueno, yo creo que los venezolanos tenemos un problema con eso, ¿no? Estamos enfermos de vanidad, que es el pecado del diablo, para toda la gente que es religiosa. Estamos absolutamente enfermos sobre la percepción que tengan los demás de nosotros en lugar de pensar quiénes somos realmente. Es algo contra lo que tenemos que luchar toda nuestra vida».

Y entonces, hoy te aceptas un poquito más…
«Sí. Ya a mi edad, si no me aceptara, sería realmente patético. Uno va asentándose en lo que uno es verdaderamente y aprende a ser más quien uno es y eso te da como una, ¿cómo decirlo? Una serenidad. Esto es lo que hay y lo que ves es lo que hay y punto. Sigo teniendo serios problemas con la autoridad, con el dogma, con ese universo en el que no se puede preguntar por qué no se puede cuestionar la norma. A mí la norma o me la demuestras en acción o no te la voy a aceptar. Así educo yo a mi hijo y así debe educarse a las nuevas generaciones».

¿Has hablado de transexualidad con tu hijo?
«Yo siento que las nuevas generaciones, de 13 o 14 años, si tienen unos padres medianamente abiertos al debate racional, pueden hablar de estos temas libremente. Son temas que estos jóvenes escuchan ya públicamente, no son secretos. Los ves en la televisión, en series como Orange is the New Black o Transparent. Cualquier familia normal debe hablar de esto. Creo que los chamos están preparados para hablarlo de una manera más abierta que la que lo hicimos todos los que fuimos dañados, irreparablemente, por la religión católica».

Hablas sobre el tema y es inevitable pensar en el caso del hijo de la cantante Karina. ¿Qué opinas al respecto?
«Yo no tengo ninguna opinión al respecto. Es su niño y punto. El que tenga una opinión que lo haga con sus hijos, de su Dios y de su entorno inmediato antes de ponerse a opinar sobre el hijo de otra persona. El hijo de Karina es un niño y punto. Eso no tiene discusión».

Volviendo a Tamara, ¿qué te ha dicho ella de la película?
«Tamara no es una tipa que regale elogios. Así que el hecho de que le haya gustado y haya manifestado su aprobación dice mucho. Su análisis siempre es muy profundo. Y le parece una película importante desde su activismo con la comunidad transgénero. Creo que para Elia y el resto de los que trabajamos allí esa aprobación es vital».

¿Qué fue lo que te gustó más a ti de la película?
«Te confieso que a mí me cuesta mucho ver mi trabajo. Esta vez no es la excepción. Lo que más me gusta de esta película creo que es el nivel actoral de todo el elenco. Elia hizo un trabajo maravilloso con todos nosotros. El trabajo de Mimí, de Carlota, de Karina, de Prakriti, de Julie… Creo que todos nos conectamos con el personaje y el resultado es ese nivel actoral tan sólido. No fue fácil lograrlo, por eso, en principio, no iba a ser fácil verlo en pantalla».

Ahora que nombras a las actrices, ¿cómo fue ese proceso con cada actriz? El hecho de que Mimí hiciese el papel de tu mamá, por ejemplo…
«Elia logra crear un universo que uno se cree por completo y lo logra generando esa condición emocional que surge durante los ensayos. Hace que uno se pase el suiche fácilmente. En ese momento no éramos Mimí y yo, éramos Tomás y la mamá de Tomás. Y te lo crees, especialmente, gracias a Elia que crea esa realidad paralela en cada escena».

¿Cómo fue ese proceso de partir de la mujer que vive en ti?
«Lo interesante del método de Stella Adler es que trabaja desde la imaginación, cosa que a mí me sobra. Y con Elia logré construir el personaje partiendo de esa premisa: ‘¿Cómo sería la vida de Luis Fernández si hubiese sido una niña atrapada en el cuerpo de un niño? ¿Cómo hubiesen sido mis relaciones familiares, sociales e interpersonales?’. Creo que no hubiera podido hacerlo hace 15 años. Requiere que uno tenga ciertas herramientas actorales ya maduradas, de un desprejuicio total, de una entrega física y emocional que no es frecuente en la carrera de un actor».

¿Alguna vez has sentido el deseo de ser mujer?
«¡No! Para nada (risas). Creo que es demasiado complicado. No (risas). No está ni remotamente cercano a algo que yo hubiese querido ser en mi vida. De hecho, espero portarme muy bien en esta vida para reencarnar en hombre porque sería terrible ser mujer, creo que es demasiado complicado».

Fuente Estampas

Luis Fernández, Actor Venezolano, Tamara, protagonista, gran pantalla venezolana

Originally posted 2016-11-08 20:38:36.