Los libros usados: un gran negocio para venezolanos y extranjeros

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El puente de la avenida Fuerzas Armadas, la avenida Vollmer, las ferias itinerantes y los cambalaches que organizan diversas instituciones son una opción para los lectores ante la escasez de papel y la inflación en Venezuela

Los tiempos han cambiado. Atrás quedaron los días en los que la gente visitaba librerías y compraba sin vacilar lo que llamaba su atención. Una época en la que los best sellers se agotaban en tiempo récord y pocas veces el lector pensaba en adquirir un libro usado.

El venezolano ha dejado de disfrutar el placer de quitarle a una novela el plástico y oler sus páginas nuevas. Ahora comprar en una librería es un lujo que pocos se pueden dar. Así lo afirma Daniel Brasesco, librero que tiene toda su vida entre textos. “Los precios de los libros son prácticamente inalcanzables. El hijo de la panadera de Inés Quintero se consigue en 35.000 bolívares en Las Novedades. ¿Cuántas personas pueden pagar eso?”.

Los libros de autoayuda son los más buscados. Un venezolano debe invertir 93,4% del salario mínimo para comprar en Tecniciencia  Mujeres malqueridas de Mariela Michelena. En la esquina opuesta a la inflación se levanta la escasez de textos nuevos. Ante esta situación, los libreros del puente de la avenida Fuerzas Armadas, los de la avenida Vollmer y las ferias itinerantes se presentan como una opción frente a la crisis.

En la feria que se encuentra al frente de la Asamblea Nacional los precios son sustancialmente más bajos que en las librerías: los montos varían entre 200 y 2.000 bolívares. Los textos más especializados –como los de medicina o ingeniería– pueden llegar a costar hasta 30.000 bolívares, pero son más escasos.

La situación se repite debajo del puente de la avenida Fuerzas Armadas, donde los libreros que tienen años en el negocio ofrecen lo que saben que se venderá fácilmente, como los de autoayuda, las sagas y literatura clásica.

Con la crisis venezolana surgió otra posibilidad de hacer negocio: quienes se van del país prefieren vender sus libros antes que llevárselos o regalarlos. Sin embargo, pocas veces se logra un precio justo. “Muchos libreros compran los libros por cajas, sin estudiar los títulos, o pagan muy poco por edición. Como la gente está desesperada acepta esa propuesta”, añade Brasesco.

Un negocio redondo. Félix Jaimes tiene 20 años en el negocio de compra y venta de libros usados. Su respeto por la lectura no le permite pagar poco y prefiere tener calidad antes que cantidad. Recuerda que el año pasado recibieron la visita de 2 colombianos que compraron en grandes cantidades. “Ellos llegan, piden 1.000 o 2.000 libros, pagan en efectivo en bolívares y se regresan con las maletas llenas a su país. No vienen con frecuencia, pero cuando están se hacen sentir”.

Otra modalidad de negocio es la de las camionetas de libros. Los dueños de estos vehículos les ofrecen a los libreros todos los textos que se encuentren en el interior del vehículo por un valor de 100.000 bolívares, aproximadamente. No importa si entre esos está un Ulises de James Joyce o Las recetas de Sascha Fitness de Sascha Barboza.

Estos comerciantes, que son los mismos que venden papel y cartón, compran para reciclar cada tonelada de libros en 350.000 bolívares. Segmentan los materiales y el negocio comienza de nuevo: construir pilas de textos que luego intentarán vender al mejor postor en el centro de Caracas.

Cambalaches. “Trae dos tuyos y llévate dos de otro” es la premisa de estos intercambios de libros que ganan terreno en la capital venezolana. Silma Sánchez se encarga de organizar las actividades de Pasa la Hoja, un proyecto de la Fundación Cine Jardín que fomenta la lectura en el país. Una vez al año, en septiembre, organizan un cambalache de libros y útiles escolares en el oeste de la ciudad. “También organizamos un club de lectura e invitamos al autor. Sabemos que los precios de los libros han aumentado y por eso no se los exigimos a quienes participan. La idea es que la gente no pare de leer”.

Jaimes tiene la misma intención de la Fundación Cine Jardín, pero no ha podido hacer realidad su idea. En 2015 presentó una propuesta a la Alcaldía de Libertador para constituir el Centro de Lectura y Ajedrez del Proyecto Coopeliart en la avenida Vollmer; sin embargo, dos años después, sigue sin respuesta. “Queremos construir kioscos y establecer un sistema de alquiler de libros a bajos precios para promover la lectura de todas las maneras posibles”, señala.

LAS CIFRAS

200 bolívares cuesta el libro más económico en las ferias del centro de  Caracas

100.000 bolívares en promedio pagan los libreros por todas las publicaciones que haya dentro de una camioneta

Fuente El Nacional

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Originally posted 2017-02-03 13:44:17.