Los jóvenes directores se forjan las oportunidades con responsabilidad

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No tienen más de 30 años de edad y son diversas las plataformas artísticas en las que han mostrado su talento. La actuación, la dramaturgia y los talleres de formación han sido algunas de las herramientas de las que se han valido para desarrollarse con éxito en otra área: la dirección teatral

Asumir la disciplina con respeto

Los amantes inconstantesEl próximo otoñoTal vez tu sombra y Se hunde el barco mi querido capitán son las piezas que ha presentado Fernando Azpúrua. A los 26 años de edad es uno de los directores que se pasea con comodidad por la escena teatral, sobre todo en la dramaturgia, disciplina con la que ha logrado incluso internacionalizarse. “Uno empieza por el área donde lo reciban. Casi siempre es actuando y después uno se va moviendo. Yo le tenía mucho respeto, más bien miedo, a la dirección. Porque uno ve a los directores como esas personas lejanas, la última figura. Luego me di cuenta de que una de las mejores formas de acercarse es a través de la asistencia de dirección, lo que te permite estar en el proceso con gente que está muy comprometida con su trabajo”, afirma.

Como director le interesa sobre todo lo musical: “Siempre está presente en mí porque creo que la música para el venezolano es una máquina transformadora. Nos habla mucho, somos una cultura musical”.

Sobre los retos de hacer dirección teatral en este momento asegura: “No es tan difícil, hay muchos espacios disponibles. Siempre han estado las puertas abiertas en cierto sentido, la gente te recibe. Pero lo complicado es producir: no consigues los medios para hacer un montaje con la magnitud que deseas”.

El dolor y el gusto del éxito teatral

Jorge Souki comenzó a hacer teatro cuando tenía 12 años de edad en el Colegio La Salle. “Fue un espacio casi de salvación”, cuenta. Aprendió dinámicas que le servirían luego y que complementó con experiencias de voluntariado en el país y en el exterior. Ahora, con 30 años de edad, tiene en su haber montajes de éxito: Julia en el I Festival de Jóvenes Directores del Trasnocho Cultural y Reina pepeada, con 25 funciones agotadas en el Centro Cultural BOD. “El éxito de una pieza como Reina pepeada lo llevo con dolor, pues nos demuestra que tenemos los mismos problemas de hace 20 años, cuando se estrenó. Pero también lo celebro porque detrás hay un esfuerzo muy grande. Vivo de la obra tranquilo y poder decir eso en este contexto es algo que debo agradecer mucho”.

La necesidad de formar a otros

A Julián Izquierdo le interesa la idea de permanecer, de crear a pesar de la crisis y sus complicaciones. Es lo que quiere transmitir con piezas como Clarita y Pancho, que se estrenó recientemente en el Trasnocho Cultural y que permanecerá en escena hasta el 30 de abril. “Ando con un mensaje esperanzador, de aporte al país. No importa qué tan larga sea la tormenta, va a amanecer”, dice.

Comenzó en el teatro a los 21 años de edad y ahora, cuando tiene 30, recuerda que su principal interés era formativo: “Comencé a dirigir con la inquietud de enseñar a otros lo que yo había aprendido. Primero trabajé con jóvenes y niños en colegios; después, desde hace tres años, decidí lanzarme con proyectos profesionales”.

La valentía de querer transmitir un mensaje

La simbología, la plástica y las texturas son los elementos que más inquietan a Valentina Garrido al momento de dirigir un montaje. “Me interesa que cuando el público se siente en la butaca pueda experimentar un viaje, que la obra sea como un universo. Debe generar curiosidad, tener drama y un toque de humor negro. Pero lo que nunca puede faltar es la reflexión. Es muy importante. Algo que me planteé desde que comencé a estudiar: que haya un cambio en el espectador”, señala. Garrido presenta hasta hoy la pieza Poeta Andrés Eloy en el Centro Cultural BOD. Antes de eso dirigió durante dos temporadas No hay cristo que aguante, con la que concursó en el Festín Caja Negra en 2016. “Siempre me ha gustado la dirección, desde que estudiaba en la Escuela Juana Sujo y hacíamos trabajos grupales. Yo era líder. Siempre lo he sido desde pequeña. Me gusta el liderazgo”, agrega quien estuvo ligada en un comienzo a la actuación, disciplina en la que ha desarrollado importantes proyectos. “En este momento las oportunidades las hace uno. Somos varias las mujeres que estamos derribando esos paradigmas de que solo los hombres dirigen, es algo que va más allá del género. Tiene que ver con la valentía de pararse y querer decir algo”.

Fuente El Nacional

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