poéticas tipográficas, Jason Galarraga, artista venezolano, arte, muestra, alfabeto visual
Este trabajo del artista venezolano se concentra en las familias de fuentes más conocidas para trazar un camino orgánico con nuevas propuestas al alfabeto visual. La muestra estará en la Galería GSiete hasta enero de 2017
Jason Galarraga es un creador visual de una larga trayectoria. Desde el diseño gráfico, estudio que cultivó junto a muchas generaciones de valiosos creadores formados en el desaparecido Instituto de Diseño Neumann de la Alta Florida, se ha extendido hacia la profundización de una pintura sumergida en las texturas del signo, la palabra, las marcas tipográficas y los iconos de la cultura global contemporánea. Mediante estos estatutos de la visualidad ha desplegado una trama pictórica desarrollada en caminos multiplicadores, recorridos que van desde la elaboración de telas de gran formato hasta el desarrollo de vibrantes dimensiones gráficas en la obra sobre papel y el trabajo tridimensional.
En su proyecto de creación más reciente, inaugurado durante el mes de noviembre en la Galería GSiete del Centro de Arte Los Galpones, el artista parece concentrarse con ahínco en el elemento tipográfico, núcleo activo que siempre ha sido un movilizador en toda su obra. En este caso, ha dejado de lado las variables del entorno, las gráficas urbanas o las marcas tipográficas reflejadas en el afuera, para abstraerse hacia la creación de un manuscrito intersticial donde la propia grafía dictamina el camino orgánico de encuentros y distancias, plenitudes y vacíos, cromatismos y lenguajes inéditos con los cuales Galarraga comienza a trazar un inquietante alfabeto visual.
Cortes inéditos, trozos de letras pintados a mano, pedazos sinuosos de curvas, superposiciones policromadas, números ocultos, relieves ignotos y crónicas fragmentadas son parte de las estrategias con las cuales el artista logra transponer las cadencias visuales de las familias tipográficas mayormente usadas en todo el mundo. Estas secuencias fueron favorecidas por la industria, las comunicaciones y el comercio desde el siglo XIX hasta nuestros días, gracias al carácter legible de las mismas y a cierto minimalismo que siempre les ha otorgado una gran claridad en el mensaje masivo que se quiere transmitir: Sans Serif, Bodoni, Garamond, Helvética y Times.
Centrado en estas célebres unidades gráficas, ya legitimadas e insertadas en la memoria colectiva, Galarraga deconstruye sus gestos y los articula en cada una de las piezas que exhibe. Mediante este recurso, hace alusión a esa totalidad visual que de ellas emana, pero desde un imaginario desestructurado, ruta oculta de un recorrido no visto por la mayoría donde la emocionalidad, la materia, el color y la sensación reconstruyen nuevos linderos para las formas de la palabra. La plenitud del cuadro está en realidad conformada por las pequeñas llamadas de esos sonidos tipográficos que se han desprendido de las formas generales de estructuración del lenguaje, ahora convertidos en lúdicas sombras donde el creador se sumerge. De este modo, el artista hilvana ese caos de retazos que absorbe desde la esencia de lo transitorio y los levanta sobre el soporte como poética: sistema infrecuente de una enunciación no realizada que respira en el enlace del instante y quiebra al tiempo por todos conocido. En esta otra forma de escribir aparece un códice oculto, lugar probable donde la obra se ha vuelto silencio fonético, estallido cromático cuyo mensaje ultimará en la memoria personal de cada espectador.
Fuente El Nacional
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Originally posted 2016-12-14 14:52:34.
