La Paciencia, Diana Moncada, poesía, poemario, escritora venezolana
“En este libro no solo hay unas texturas muy exuberantes y con imágenes sicodélicas de alta densidad que devienen una tras otra, sino además la concepción de un artefacto como totalidad”
En la poesía de Diana Moncada (Caracas, 1989) confluyen misticismo y erótica. En efecto, su poemario, Cuerpo crepuscular (Monte Ávila Editores, 2014), pone en evidencia uno de los manejos del lenguaje más potentes que hay en el panorama literario venezolano de la actualidad. En este libro no solo hay unas texturas muy exuberantes y con imágenes sicodélicas de alta densidad que devienen una tras otra, sino además la concepción de un artefacto como totalidad. En ese sentido, Moncada apela a la tradición simbolista y configura un libro donde cada poema tiene una implicación precisa dentro del cuerpo total.
Teniendo como punto de partida una de las puertas del Ser a la realidad mundana, la poeta va hilvanando un corpus estético donde no solo hay una dimensión de lo erótico, sino que ello además tiene implicaciones existenciales y trascendentalistas. En esta autora confluyen las huellas del existencialismo, de la mística contemporánea, de la poesía confesional y de la nueva psicodelia. El tono erótico deviene y es paroxístico, la experiencia de esta creadora está sustentada en el frenesí y en la coherencia que surge paradójicamente de la puesta en escena de un caos cuyo orden regulador es primordialmente la piel. Esa confluencia de tópicos y estilos puede verse con claridad en este poema:
“Soy una herida en la boca del mundo
donde la lengua es libre y muda de nosotros
donde la palabra es punto de luz
y el ombligo sirve la mesa
donde el marchitar de los cuerpos se hace río vivo
y el tacto prolonga la caricia lunar.
Soy una llaga en la cabeza del sol.
Una intrusa en las faldas del vacío
donde despojo mi ser de las máscaras humanas.
Soy marginal del tiempo.
Abandono terrenal.
Latido desgarrador.
Fuga traspasando muros de entendimiento.
Un inevitable
suicidio extraterrenal”
Aspectos tales como la participation mystique, así como el yo disuelto en la totalidad son certezas en el viaje de Moncada. Esta autora opera el milagro de la palabra, de una palabra que surge de las ruinas que significan la contemporaneidad venezolana. Su palabra, más cercana a la profecía que a la poesía, resulta en una relevación, no solo de aspectos últimos de la vivencia o del misterio mismo del Ser, sino del milagro de la poeta hecha carne. Su voz es una plegaria que deviene, es el canto de la maga en éxtasis.
Pocas veces un libro me ha estremecido de la forma como lo ha hecho Cuerpo crepuscular. En él se condesa una de las experiencias literarias más genuinas y salvajes de la actualidad o eso que la crítica ha llamado el cutting edge. Diana Moncada es una poeta iluminada e iluminante, su voz resuena contra todas las paredes de todas las realidades de todos los tiempos. La danza de su palabra es inefable. Quizá, en medio de ese devenir de lo imaginario que es este texto, el momento clímax donde todo se da en simultaneidad sea este pasaje:
“Todos somos
un solo sexo
que late en la tierra
pariendo animales
y escupiendo fuego”
Aquí es clara la intencionalidad de la autora a la hora de apuntar a un sujeto lirico, al Ser per se y llevar a cabo una experiencia que está más allá de estas cosas. La voz de Moncada está en multiplicidad de tiempos y de lugares. Ella apunta al misterio mismo de la existencia y transita realidades que son tanto visibles como invisibles. La visión última –la máxima realidad- de Diana es una donde el viajante ve las cosas como realmente son.
Por otro lado, el mundo ordinario de la autora es uno que se ha desdibujado y donde las cosas ondulan en medio de una alternancia otra; así puede verse en el siguiente fragmento:
“Aquí todo arde
las paredes humean
la vida
huye por la ventana para respirar
el techo todo lo condensa”
He conocido a esta poeta en una rueda de prensa a la que ella asistía como periodista cultural. He visto sus rostros. He visto en ella al fuego sagrado. En ella hay una impronta atemporal y la marca de una palabra que truena y que estará resonando en todo el ámbito iberoamericano.
Cuerpo crepuscular
Diana Moncada
Monte Ávila Editores Latinoamericana
Caracas, 2014
Fuente El Nacional
La Paciencia, Diana Moncada, poesía, poemario, escritora venezolana
Originally posted 2016-10-04 14:59:14.