La identidad en objetos

El orgullo se protege

La tradición de los Diablos Danzantes de Yare corre por las venas de la familia Morgado desde sus orígenes. “Nosotros crecimos viendo cómo se hacían las máscaras porque mi tío Juan Morgado es promesero y artesano. Toda mi familia hace algo relacionado con la tradición”, cuenta Kevin Díaz, diseñador gráfico y creador de Diablos Corp, un proyecto que traslada las populares máscaras utilizadas en la ceremonia a un formato hecho en resina que cabe en la palma de la mano. “Yo como diseñador gráfico vi una fusión entre la tradición y el diseño para llegar a un público más exigente y más moderno”, relata. Los diseños son distribuidos en dos presentaciones: uno en blanco, para ser pintado por quien lo adquiera, y otro que ya viene intervenido con colores brillantes.

El empaque de cartón, ajustado a la medida de la máscara y con etiquetas coloridas que reseñan la tradición, complementa el producto que, describe el diseñador, cada vez tiene mejor calidad en su acabado. “A veces a los venezolanos nos quieren meter cosas tradicionales obligatoriamente. Nosotros queríamos que la gente lo busque, que guste y que estemos orgullosos de participar con él. Queremos que cuando la gente regale una mascarita de nosotros con su empaque y todo lo que le ponemos para que sea de excelente calidad, la persona se sienta orgullosa de lo que está entregando”.

Carlos Morgado, Dennisse Colmenares y Yaritza Morgado son los familiares que acompañan a Díaz en este proyecto. En equipo diseñaron los primeros 18 modelos, cada uno de un personaje diferente, y tomándolos como base, sacaron los moldes en los que vacían cada pieza para luego ser pulida con dremel y a mano, a través de un proceso artesanal que recuerda la elaboración de las máscaras originales.

Las máscaras de Diablos Corp pueden adquirirse en la tienda Artezania, localizada en la Cuadra Gastronómica de Los Palos Grandes, y en Siete al Cubo, en el Centro de Arte Los Galpones. También en Valencia, Lechería y Mérida.

Twitter: @DiablosdeVzla

Instagram: @DiablosCorp_Tradicion

Facebook: DiablosCorp Tradición

Web: diablosdanzantesdeyare.com.ve

Abstracciones de la felicidad

La relación del joven diseñador Samuel Schoenberg con Caracas es un “sube y baja”, como él mismo la describe. A pesar de eso, su decisión fue tomar solo los altos que le ofrece la dinámica citadina, simplificarlos e inmortalizarlos en un lenguaje icónico que ahora, con su equipo, traslada a cuadernos, chapas y collares. Sin embargo, su idea, lejos de ser egoísta, pretende democratizar la propuesta y motivar a otros diseñadores a participar.

La estética del proyecto Íconos Venezolanos unifica distintas representaciones de la cultura venezolana en un solo lenguaje: el de la síntesis gráfica a través del llamado “flat art”, que aspira a plasmar una idea con la mínima cantidad de líneas y colores. Aproximadamente 20% de la iconografía publicada en sus redes sociales es enviada por creadores que deciden colaborar con la propuesta y el resto lo materializan Schoenberg y los también diseñadores Mario Dávila y Stefano Osuna, para luego plasmarla en los productos que comercializan.

El primer producto que Íconos Venezolanos llevó a la realidad fue un pasaporte con páginas de colores en el que el único requisito que tiene el portador es llenar sus páginas con toda la creatividad posible. “La idea es que tomes ese pasaporte; es decir, tu identidad, y lo transformes en algo positivo para la sociedad”, explica su creador y agrega que su idea es motivar a otros para que generen sus propios proyectos y no duden de que es posible todo lo que se proponen. “Yo nunca pensé que iba a tener una oficina y menos a los 20 años y estoy aquí”, sonríe desde su sede en Las Mercedes. El primer pasaporte fue llenado por el mismo Schoenberg con los gérmenes de las ideas que lo llevaron a consolidar este proyecto cultural que, tras un año de propuestas gráficas, ya tiene más de 9.000 seguidores en Instagram.

Los productos de Íconos Venezolanos están a la venta en las librerías Lugar Común y en la tienda Siete al Cubo,

en el Centro de Arte Los Galpones.

Instagram: @iconosvenezolanos

Facebook: Iconos Venezolanos

Web: www.iconosvenezolanos.com

Venezuela brillante

La labor artesanal y detallista detrás de cada uno de los cojines de Daniel Bracci se plasma en productos exclusivos y únicos. Luego de tomar las fotografías necesarias, ilustrar e imprimir en tela sus diseños, viene una labor manual de bordado y aplicación de pedrería en la que, señala, hay una mayor dedicación. “Es la parte en la que uno más se esmera para que ese cojín resulte de gran calidad e impacto. Además de escoger materiales de muy buena calidad, que sea exclusivo”.

Hace cuatro años y medio el diseñador, fotógrafo e ilustrador encontró en los cojines una pieza para entrar en los hogares de sus clientes, como parte del diseño de interiores. Su colección más reciente se llama Caracas Psicodélica y con ella pretende realzar a personajes que causaron gran impacto en el país, como Simón Díaz, Yolanda Moreno y Bárbara Palacios, además de los paisajes y lugares más icónicos de las ciudades venezolanas. “Yo creo que a veces tratamos de buscar cosas afuera, en Estados Unidos o Europa, pero no valoramos a nuestros artistas. Mi énfasis está en afianzar lo que tenemos en Venezuela”, asegura Bracci.

Estas creaciones ahora conviven con venezolanos tanto dentro como fuera de la nación. “Ahora hay mucha gente yéndose y es importante llevarse esa parte bonita. Y también para quienes nos quedamos aquí, tener en nuestras casas algo lindo de lo que somos como venezolanos”. Próximamente Bracci ampliará su propuesta con suéteres que gozarán de su misma estética.

Los cojines de Daniel Bracci pueden adquirirse en las tiendas Iskia o a través de la cuenta de Instagram del diseñador.

Instagram: @danielbracci

Vestir una metáfora

Gabriela Valladares piensa en su país como un proyecto en construcción cuyas piezas debemos armar entre todos. Una de las últimas franelas que diseñó para su marca Papusa deja claramente plasmada su visión: cada letra de la palabra Venezuela es un módulo a medio armar y un destornillador en la parte trasera de la prenda deja a cualquiera que la use con la tarea común de participar en esta labor. “Siento que tenemos todavía que aprender muchísimo de nosotros mismos, estudiarnos y meternos más en la historia, en las cosas que nos hacen sentirnos orgullosos de ser venezolanos, en las cosas buenas, en las que debemos retomar para ser mejores cada vez. No para volver a ser como éramos, sino para ir hacia adelante. Esa es mi inspiración siempre”, explica la diseñadora.

Con la arquitectura como profesión y el diseño como vocación, Valladares comenzó a hacer sus primeras franelas bordadas para ponérselas ella misma. Luego, amigos y conocidos comenzaron a sentirse atraídos hacia su propuesta y solicitarlas, lo que la llevó a fundar Papusa, pasar a la técnica de serigrafía que le permitía mayor eficiencia en el proceso de estampado y renunciar al puesto de directora de Arte de HBO Latinoamérica. Las decisiones no fueron tomadas a la ligera, como ella misma cuenta: “Me llevó dos años entender que Papusa era de lo que quería vivir y que me estaba haciendo más feliz”.

Cada franela tiene una metáfora cuidada: desde el desgaste en la reconocida imagen de la harina PAN por el frecuente uso que se le da en Venezuela hasta la flor que cae como un helicóptero por el torso de quien lleva el araguaney en su pecho o el mensaje de “ida y vuelta” bajo el suelo de Cruz-Diez, que recuerda un pasaje del Metro de Caracas. Cada pieza tiene un mensaje que enorgullece a Valladares: “Para mí es un honor que cualquiera lleve mis franelas porque quiere decir que de alguna manera se identifica con lo que yo quiero decir y qué mejor manera que llevarlo puesto”.

Las franelas Papusa se encuentran en la tienda Siete al Cubo, del Centro de Arte Los Galpones.

Instagram: @papusanet

Web: www.papusa.net