La energía indetenible de Mariana Atencio

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Su nombre es una de las apuestas periodísticas del canal NBC, al que llegó después de pasar por Univisión. La inmigración y la libertad de expresión son solo dos de las líneas de desarrollo de su trabajo, por las cuales ha sido reconocida profesionalmente. Desde Miami relata los detalles de su corta pero intensa trayectoria

El Ávila y las playas de La Guaira son los primeros escenarios recurrentes en la infancia de Mariana Atencio. La mayor de tres hermanos gozó de una niñez que califica de feliz, en el seno de una familia en la que siempre existió una marcada inclinación por la educación y la cultura. Ya desde entonces Mariana parecía encaminada a comunicar: era parte del juego cotidiano. “Me crié entre las montañas de Caracas y las playas del Caribe, con un sentido de libertad y con posibilidades infinitas. Viajé mucho porque mis padres hicieron muchos sacrificios para que pudiéramos conocer el mundo, pero nos inculcaron valores y amor por Venezuela. Recuerdo que siempre tuve interés por contar historias, era muy amiga de la hija de Eladio Lares y hacíamos guiones que grabábamos con cámaras; me encantaba hacer teatro, hablar en público. Tenía todas esas destrezas y no sabía cómo canalizarlas, así que estudié Comunicación Social en la UCAB para definirme”.

Oportunidades ocultas

Mientras Mariana se formaba como periodista surgió la oportunidad de estudiar en la universidad de Georgetown, en Estados Unidos. Sin embargo, optó por terminar la carrera en Venezuela. Eran los tiempos cercanos al cierre del canal RCTV y ella formó parte de la movida estudiantil que salió a protestar. Su tesis, de hecho, se basa en ese asunto. Cuando estaba a punto de graduarse tuvo acceso a una beca que le permitía estudiar en la Universidad de Columbia, y aunque al principió dudó, un consejo materno le hizo cambiar de opinión: “Le dije a mi mama que quería quedarme aquí a patear la calle, pero ella me respondió que ese era un regalo que me estaba dando Dios, y que tendría la oportunidad de hablar sobre Venezuela desde otras plataformas. Así que en 2008 me vine sola”.

Mariana llegó a Estados Unidos a hacer su posgrado en periodismo de televisión en plena recesión económica, con lo cual la búsqueda de un empleo se le hizo cuesta arriba. Finalmente, fue el idioma materno el que la ayudaría a conseguir una oportunidad en El Diario/La Prensa, medio de comunicación con mucha tradición en la comunidad hispana de Nueva York. Desde allí comenzó a exponer sus inquietudes en el área digital y a trabajar por hacerlas posibles. Propuso hacer un noticiero digital, luego se convirtió en la reportera que leía los titulares del diario para Univisión y así, poco a poco, logró hacerse un espacio entre sus compañeros. Sin embargo, la alegría duró poco. “Un día llegué a la redacción después de haber entrevistado a Isabel Allende y se estaban llevando parte de los muebles. Me entregaron una hoja con los nombres de las personas que habían despedido y estaba el mío. Lloré, llamé a mi abogado y me dijo que tenía 30 días para encontrar un trabajo que me patrocinara o si no me iba a quedar indocumentada”.

Atencio entendió la necesidad que tenía no solo de encontrar un empleo para resolver su situación legal, sino también la importancia de crear sus propios espacios de difusión, sin depender de un medio de comunicación. “Iba a clases medio tiempo y creaba mis propios videos. Un canal pequeño los vio y me contrataron, primero como corresponsal, luego como ancla. Un profesor de Columbia me consiguió una entrevista en Univisión y allí me dicen que tienen un trabajo para mí en el área digital. Era 2011 y me fui a Miami, donde tampoco conocía a nadie ni tenía familia. Era comenzar otra vez”.

En Univisión se dedicó a desarrollar trabajos periodísticos para la cadena, al tiempo que se iba forjando una trayectoria profesional con la cobertura de los procesos electorales estadounidenses en 2012 y 2016. Este último le valió la inclusión en la lista de Mujeres más influyentes dentro de la prensa electoral, de acuerdo con el Huffington Post. También cubrió la desaparición de los 43 estudiantes en Ayotzinapa, México; hizo un documental sobre la libertad de expresión en América Latina, por el que recibió un premio Grace; y un trabajo titulado “Rápido y furioso: armando al enemigo”, con el que se puso en evidencia la llegada a México de armas que habían sido dadas por perdidas por las autoridades estadounidenses. Con esta investigación se hizo acreedora a un Peabody y un Investigative Reporters and Editors, dos importantes reconocimientos periodísticos. “Creo que una de las claves ha sido nunca decir que no. Cuando me pidieron formar parte del reportaje sobre la operación Rápido y furioso, no sabía mucho de periodismo investigativo, pero es arremangarse y afrontar las cosas con trabajo y optimismo. Cuando me propusieron hacer un documental sobre la libertad de prensa, tampoco sabía cómo hacerlo, pero lo hice; uno tiene que asumir los retos y poner lo mejor de uno. Creo que cuando se trata de un tema que te apasiona también dices ‘cómo voy a dejar pasar la oportunidad’. A veces es decir sí con mucho miedo”. Otro de sus momentos cumbres fue cuando entrevistó al papa Francisco desde la frontera entre Estados Unidos y México: “Había periodistas más experimentados que yo reportando desde otras ciudades, pero hay que saber cuándo pelear, cuándo una historia merece ser contada”.

Desde hace nueve meses está en NBC, una de las cadenas televisivas más importantes en Estados Unidos. Desde allí reporta para el público anglosajón por primera vez en su carrera. “Es difícil porque tengo que transmitir en vivo y en inglés sobre cualquier información. Adaptarte a la terminología de cada historia es un reto considerable, pero tuve que decirme ‘yo lo puedo hacer’. La transición de idioma y de público ha sido crucial. La audiencia anglo no presta tanta atención a los asuntos de América Latina, ha sido un desafío sacar los temas de mi país y de mi región y llevarlos a una palestra más amplia”.

Desde esta nueva posición, Atencio espera seguir ejerciendo el periodismo, pero también conectar con otro público en diferentes plataformas. Solo en Instagram tiene 45000 seguidores, que pueden ver desde su faceta profesional hasta cómo se desconecta del acontecer noticioso en un restaurante o ejercitándose con su hermana. Mariana forma parte de una generación que entiende las plataformas digitales y las utiliza como vías alternativas para generar y difundir contenido cónsono con sus ideales, en su caso, historias propias o de otros que sirvan para inspirar a la comunidad hispana. “Creo que estamos viviendo una transición enorme en el periodismo: el paso de medios tradicionales, como NBC, a que cada persona sea el medio, y Venezuela está muy avanzada en ese aspecto. Sin dejar a un lado los pilares de nuestra profesión, que son narrar la verdad de manera balanceada y generando contenido de calidad, la gente quiere conocer otras realidades, y eso es significativo. No importa la plataforma, si estas contando realidades que otros no conocen; ese es un contenido que tiene valor”.

Para los jóvenes periodistas que, como ella, sueñan con la posibilidad de hacerse una trayectoria valiosa tiene un mensaje: “Me infla de orgullo saber que en Venezuela hay una generación de relevo. Nadie llega lejos solo, en esta carrera uno necesita mentores a los que puedas recurrir. Sepan que en mí tienen una aliada, una amiga o una mentora. Sigan adelante, que el país y el mundo los necesitan”.

Fuente El Nacional

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