La confianza de Yenny Bastida

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A sus 33 años de edad, esta diseñadora no se amilana ante los crecientes retos que implica hacer moda en Venezuela. A un par de meses de haber abierto la segunda tienda bajo su sello, aquí comparte qué la inspira y cómo se las ingenia para avanzar en tiempos complejos

Mientras muchos de sus colegas van de salida, ella se atornilla acá. Después de abrir una tienda propia en Altamira en 2013, la diseñadora de modas Yenny Bastida inauguró en diciembre pasado otro nuevo local en el Tolón Fashion Mall. Que haya aprendido a nadar contra la corriente no quiere decir que no tenga noción del riesgo. Todo lo contrario. “Lo que hacemos es jugar con la oportunidad. Mi marca ha crecido en los peores años recientes del país y esa inversión es una apuesta para ir creando la Venezuela del futuro, esa que queremos, así quedemos cuatro gatos. Yo soy hija de inmigrantes y tengo claro que empezar de cero no es fácil. Lo que he logrado ha sido a los golpes, probando distintas estrategias, comiéndome muchas verdes y algunas maduras”.

Precisamente de esos abuelos que llegaron al país –unos de Cuba, otros de Portugal– le nació el interés por la moda y la pasión por el trabajo. Las dos matriarcas, expertas manualistas, le sembraron los dones de la costura y el bordado. Nacida en Barquisimeto pero criada en Chivacoa, Bastida ya sabía cuál era su vocación al graduarse de bachiller, por lo cual nadie objetó su intención de estudiar diseño de modas. Así lo hizo en el Instituto Brivil en Caracas. Titulada y resuelta a no tener jefes, aprovechó la casa vacía de una de sus abuelas en Chivacoa y ahí montó su taller hace 14 años con apoyo familiar, de la mano de costureras de la zona que la asisten en la confección. Así se le dividió la vida en dos, entre Yaracuy y Caracas.

El trajín de ir y venir continuamente no afecta su creatividad. “Todo lo contrario. Necesito tanto el bullicio de la ciudad como la paz de vivir entre monte y culebra. La carretera es como mi oficina de diseño. Es un tiempo en el que voy pensando todo lo que puedo hacer”. En la vía nacen ideas para las piezas de couture que confecciona por encargo y también para su línea prêt-à- porter. “Diseño para una mujer que quiere hacer sobresalir lo que está catalogado como femenino, que tiene curvas y quiere usar algo distinto sin ser cursi. Mis piezas tienen un alto índice de locura: me gusta combinar texturas, colores y apliques que sean inolvidables, en piezas que, a pesar de que estén listas para usar, se confeccionan con técnicas artesanales que le dan más valor. Quiero que cuando esas prendas se encuentren con la mujer que los va a usar, no solo sea un amor a primera vista, sino que también sea correspondido”.

Bastida explica que el suyo es un negocio que no ha crecido en múltiplos milagrosos, pero que ha logrado mantenerse. Muchos jóvenes diseñadores que quieren empezar sus propias firmas le preguntan el secreto de su éxito. “Siento que hemos sobrevivido por la constancia y la fe que tenemos mi equipo y yo en nuestro producto. Lo hacemos todo desde cero y nuestro espíritu siempre ha sido perseverar, con piezas que sean rentables tanto para nosotros como para una mujer que gane en bolívares y bajo un concepto que sea sostenible y bien hecho. Nuestra marca pretende ser un aporte para el que se está quedando y demostrar que si eres precavido, cuidas a tus empleados y tomas buenas decisiones, tienes posibilidades de sobrevivir a este desastre. Es un modelo de negocios con corazón”, asegura. “Respeto a la gente que se va porque cada proyecto es distinto y cada quien tiene sus circunstancias, pero si tengo que luchar por algo y tengo a mi alcance las herramientas para hacerlo, que sea por este país, que es mío”.

Declaración de principios

• No soy conformista: soy positiva sin remedio • Me obligo siempre a ser mejor • Diseño en función de las telas que consigo. Me adapto a lo que hay • En mi taller no se bota nada. Todo puede ser útil más adelante • Me dejo influenciar por lo que veo y por lo que vivo; busco la belleza incluso en lo feo • Me gusta dejarme sorprender.

Fuente Todo En Domingo

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