Joel Gómez, músico venezolano, Barcelona, Jaga, Venezolanos en España
Joel Gómez, mejor conocido como Jaga, salió de Venezuela en el 2001 en busca de oportunidades para crecer musicalmente. Fue a parar a España con su banda de entonces, y dando tumbos por diversos estados del país, finalmente decidió radicarse en Barcelona. La banda se disolvió, pero Joel no se detuvo en el camino de la música. Más bien, cada vez está más cerca de encontrar su identidad y no para de evolucionar como profesional y ser humano.
“Luego de salir de Venezuela, estuve dando vueltas por España. Pasé por lugares como Madrid, Andalucía y Galicia, hasta que decidí quedarme en Barcelona. Vivía de la ‘música de calle’, pero cada vez era más problemático por los cambios de leyes que prohibieron casi totalmente los performances en la calle, al punto que se fue perdiendo esa magia que atraía a cientos de turistas a Barcelona por sus avenidas repletas de arte: músicos, artistas de circo, representaciones teatrales, etcétera”. Joel comenzó a cantar a los quince años con un grupo de rock. Se presentaban en locales caraqueños como Weekends –que actualmente se llama Fridays–. El motivo de su inclinación por el teclado fue porque quería hacer su propia música. “Cuando cantas y tocas un instrumento complementario es una sensación diferente. Haciendo ambas cosas, la relación es más íntima con la música que haces”, comentó. Aunado a manejar con destreza la voz, el teclado y los instrumentos digitales, se licenció como técnico de sonido y productor musical.
Actualmente, trabaja en un proyecto a dúo con música de su autoría. Se trata de JagaCorp; una banda de música electrónica en la que comparte composición y escenario con su compañero de trabajo. Joel se encarga de la voz, el teclado y las programaciones. Max Seminara toca el bajo. “En JagaCorp hacemos música electrónica conceptual. Fusionamos diversos géneros y estilos. Es un proyecto que me parece versátil y vanguardista” describió, resaltando que usan la tecnología para evolucionar y experimentar musicalmente, ya que no es necesario un número considerable de músicos para hacer grandes orquestaciones, conseguir infinitas sonoridades y lograr un producto de calidad.
Él define la música de JagaCorp como ‘electrónica humanizada’ debido a la fusión que se genera entre el sudor del músico y la cuasi-perfección de la máquina. “Que se haga un sonido homogéneo tomando ambos elementos me parece interesante. Es mezclar la imperfección de lo humano, y la perfección de la programación y ejecución del equipo digital”. Como metas del año, trabajan en masterizar el segundo EP para publicar en los medios digitales y tener presentaciones en festivales internacionales.
En cuanto a su relación con el escenario, Joel considera importante la complementación de la música con lo visual. “Al principio JagaCorp estaba pensado como un proyecto multimedia. Teníamos a una Vj que realizaba el trabajo visual. Luego de que abandonó la agrupación, la banda continúa con su trayectoria siguiendo su le motive: vestuario y máscaras de gas. Es un símbolo de protesta y protección; no podemos respirar con la contaminación, las guerras, el consumismo desmedido y la relación injusta entre la élite y las masas. Generalmente, las letras de mis canciones están potenciadas hacia la protesta y los cuestionamientos existenciales.”
Entre la música en vivo y la música en formato digital, resalta una diferencia abismal. “Sí, hay una diferencia, es posible que sea la energía que se maneja a la hora de tocar en directo. Siempre trato de relacionarme con el público. Cuando incluyo a la gente, sé que algo cambia en ellos. Quiero pensar que los latidos de su corazón cambian cuando los hago parte de mi música, cuando los tomo en cuenta a la hora de interpretar.”
Su proceso de composición se desarrolla a solas, en una habitación de su piso. “Tengo mi habitación, mi home-studio. Cuando me encierro, me olvido del mundo. A veces pierdo el sentido del tiempo estando allí. Normalmente, armo un esqueleto con ciertos detalles y luego le presento la idea a Max para seguir con la composición en banda. Hacemos un jam session en el local de ensayo, grabamos todas las improvisaciones y procedemos a tomar las decisiones finales”, detalló. Como elementos inspiradores, Joel toma en una mano la realidad del mundo y en otra a su hija. “Me afecta lo que sucede en el mundo y eso me mueve a crear. También tengo una niña de dos años y ella me inspira. Recuerdo que hace un tiempo estaba componiendo algo para ella y lloraba mientras tocaba el piano. Era una mezcla de felicidad y tristeza. Mi madre tenía razón: Lo que sientes por un hijo no lo sientes por nadie más. Es un sentimiento muy especial.”
En paralelo al anterior proyecto, se desempeña como cantante en Killing The Tiger Retro Groove –la expresión ‘Matando el tigre’ de la jerga venezolana traducida a la lengua anglosajona. Se trata de un grupo de cuatro venezolanos que se dedican a interpretar géneros como el blues, funk y rock&roll con versiones de los años 50, 60 y 70. “Nuestro principal objetivo en este momento es presentarnos en locales y dar a conocer nuestro trabajo. No es blues, soul y rock&roll trillado, sino que escogemos piezas de los años dorados, piezas irreemplazables.”
En lo personal, Joel se considera perfeccionista. “Me defino como un ser en evolución, que trata de encontrar la paz y que trata de disfrutar la vida. Para seguir aprendiendo, tengo que seguir cometiendo errores. Intento conseguir que lo que hago funcione a través del ensayo y el error”, manifestó.
La visión de la música que lleva consigo es contemplarla como la vitalidad de su existencia. Con mucha convicción, expresó que la música le alimenta el alma, lo regenera y le da sentido a su vida. “Si no hago música o arte, me pudro. El alma se tiene que alimentar. Constantemente, después de la paternidad, sacrifico mis horas de sueño por la música. Pero al final no se siente como un sacrificio. A veces pienso que dormir es una pérdida de tiempo (risas). A nivel artístico, tengo que seguir trabajando y creciendo.”
Sobre estar lejos de su familia, siempre se consideró como un ser con alas. “Siempre fui independiente, no por ello quiero decir que no los quiera o no los extrañe. Lo que me parece más difícil en este momento es saber que la están pasando mal en Venezuela con toda la crisis que está atravesando el país. Sin embargo, considero que la mejor herencia que te dejan tus padres es lo que llevas dentro, grabado en el pecho: La educación, los valores humanos”, confesó.
Joel tiene la certeza de que todo es un regalo. “Soy fiel creyente de que los sueños se hacen realidad. Muchos de mis sueños se han cumplido. Todo es un regalo; aunque lo tengas que trabajar, sudar, luchar, es un regalo del Universo”. Viendo al horizonte, dibuja una historia donde pueda vivir de la música. De nada más.
Si quieres escuchar a JagaCorp, puedes pulsar los siguientes enlaces:
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Joel Gómez, músico venezolano, Barcelona, Jaga, Venezolanos en España
Originally posted 2016-08-17 16:19:40.