Guillermo Carrasco quiere que su obra ayude a reflexionar

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El autor de temas como “Ojalá” quiere que su obra ayude al público a reflexionar en momentos en los que no hay razones para callar ni ensimismarse. Actualmente prepara un disco.

Ha pasado año y medio desde el último concierto de Guillermo Carrasco, quien está entusiasmado por el reencuentro con su público, pero a la vez atribulado a causa del despeñadero por el que no quiere rodar.

“Eso intento cada día en esta realidad cruda e inevitable. Quiero cerrar un ciclo con esta presentación para concentrarme durante seis o siete meses en terminar mi próximo disco. Es difícil, hay muchos sentimientos que se cruzan. No puedo aparentar gran alegría porque no la siento. En términos generales, la situación es triste”, indica el cantante y compositor que mañana se presentará en el Centro Cultural BOD.

—Se dice reiteradamente que el artista suele ser más sensible que el resto de las personas. ¿Cómo hace para no deprimirse ante situaciones adversas?
—No sé si seamos más sensibles, pero por fortuna tenemos mecanismos como el arte y la obra. Cualquiera que sea el medio de expresión, hay la posibilidad de canalizar. Sin embargo, siempre es una lucha diaria tener la hoja en blanco y el instrumento reposando. Hay que sobreponerse, porque de lo contrario seríamos como un pintor que solo pinta en gris. Todos los cuadros no pueden ser como Guernica.

—En 2015 tituló un concierto Hasta que la vida nos reúna. Ahora llama al que realizará mañana Unir un poco. Temas como la separación parecen preocuparlo desde entonces. ¿Existe alguna experiencia reciente que lo afecte?
—Quizá no en mi entorno más cercano, pero hay una diáspora que no se puede dejar de mencionar. La vemos en los vecinos, amigos, familiares. Los que estamos acá tenemos la obligación de juntarnos y ver qué solución encontramos, es parte del aporte. Vamos por un camino terrible. Unir es intentar encontrar un lenguaje común, el famoso diálogo.

—Ahora que habla del aporte, ¿cuál es su mayor aspiración como artista?
—En mi caso, seguir expresándome y que la gente sepa que lo que compongo es para compartirlo. Nunca he tenido aspiraciones masivas como presentarme en el Poliedro durante toda una semana y que el lugar esté a reventar. Mientras mayor sea la audiencia en un solo sitio, más básico debe ser el mensaje. Algo así como: “Hola mi cielo, hola mi vida, perreemos un rato y tuquituqui”, más nada.

—¿Cuáles son los temas que forman la columna vertebral del concierto que dará mañana?
—Siempre hay personas que quieren escuchar esas canciones de antes, especialmente cuando uno tiene tanto tiempo en esto. De hecho, me fui hasta la época de Syma (banda que integró en los setenta). También tocaré algunos temas nuevos.

—¿Como cuáles?
—Hay uno que se llama “Señor, dame coherencia Señor”. Es un llamado a mí mismo y a la gente que deja las cosas en manos de otros, como en las del Señor. Al que crea, muy bien, pero cada uno debe poner de su parte.

—¿Que interpretará de Syma?
—Uno de ellos es “I Don’t Know Why”, que ya existía cuando llegué a la banda. Trata sobre el descubrimiento de ese ente supremo al que nos queremos acercar buscando una solución. Fíjate que ahora existe esta otra pieza llamada “Señor, dame coherencia señor”, cuarenta años después, en la que digo que no basta solo eso, que hay que buscar respuestas internas.

—¿Es usted religioso?
—Soy como la mayoría, según el día. Un bautizo, un matrimonio o en mi caso, generalmente, misas de difunto. No soy particularmente religioso, en realidad.

—¿Cómo va la reedición de Visual con José Luis “Cheo” Pardo?
—Ahí va. Es un esfuerzo enorme, a pulmón. Mientras cada quien paga las cuentas, vamos reuniendo. Es un trabajo enorme y no sé si podamos llegar al final. Ambos estamos animados, lo vamos a intentar.

—¿Qué opina de la nostalgia?
—Intento sacarla de mi ecuación. Lo que pasó ya quedó atrás. Lo viví y disfruté. Hace poco le comentaba a un amigo que hay tantos músicos que van a Florida y otros lugares a cantarle a los nostálgicos que están ahí pasando frío y penurias para tener algo de lo cual agarrarse. Eso está bien como recuerdo, pero vivir de la nostalgia es terrible. Por eso intento que siempre haya una canción nueva para que haya continuidad.

—¿Entonces, también le preocupa que las generaciones más jóvenes conozcan su obra?
—Sí, me encantaría que fuera así, pero entiendo que es un asunto etario. Ellos están pendientes de lo que sucede en este momento. Cuando se es joven apelar a lo de antes suena a coleccionista. Lo que estaba de moda en 1989 respondía a una realidad de ese año. Por eso intento colocar la garrocha para saltar adelante con mis canciones nuevas.

—En Twitter es bastante activo al expresar su opinión política.
—Lo uso con ese fin. Independientemente de ser cantante y autor, soy una persona más con pensamientos que comparto para el que quiera conocerlos. Claro, hay gente a la que no le gusta. Un hombre que no conozco me escribió que era una pena que él se hubiera metido en mi cuenta de Twitter para encontrar paz y sosiego, y solo halló mensajes políticos. Ni le contesté. Eso es libre, uno escribe lo que le parezca en las redes. Es una plataforma apropiada para expresarse.

—¿Y no teme perder público?
—Para nada. Eso es lo que pienso, no lo escribe un community manager. Mi cuenta de Twitter la manejo yo. No estoy de acuerdo que por ser cantante uno no debe opinar. Si soy cantante no me puedo callar.

—¿Cuándo saldrá su próximo disco?
—No sé si será en físico o digital. No tiene nombre tampoco. Espero sacarlo a mediados del próximo año. Hacer un disco cuesta una fortuna.

—¿Vive de la música actualmente?
—Se podría decir que sobrevivo de la música. Es lo que hago, esto y algunas cosas de publicidad que surgen cada vez más eventualmente.

Unir un poco
Centro Cultural BOD
Sábado 24 de septiembre. 5:00 pm
Entrada: 10.000 bolívares

Fuente El Nacional

Guillermo Carrasco, reflexión, «ójala», autor, artísta venezolano, entrevista

Originally posted 2016-09-23 13:56:07.