Gelatería Paradiso, helados, deliciosa, belleza venezolana
Cartagena parece dar buena suerte a quienes deciden renunciar a una antigua profesión y dedicarse a su pasión. Ya le pasó a García Márquez cuando abandonó la escuela de Derecho para dedicarse de lleno al periodismo. Muchos años después, la historia se repite con María Nevett, una venezolana que hace ocho años se despidió de las Ciencias Políticas y se atrevió a perfeccionar la ciudad que tanto le encantó, regalándole una heladería a locales y turistas que en ese momento no contaban con la suerte de apaciguar el calor con postres frutales y refrescantes Créalo o no, la ciudad amurallada, romántica y costera no tenía entre sus calles empedradas ningún local que ofreciera helados a los turistas, a pesar de tener la pista en el sabor de sus jugos tropicales preparados con leche. Faltaba el frío y la cremosidad. Y eso fue lo que se propuso la caraqueña, sin importarle el no tener la menor idea de cómo preparar un helado. Como si se tratara de una aventura de quinceañera, se fue a Cartagena en bús “para sentir que era cerca” y comenzó los preparativos en un pequeño local del Casco Histórico, muy cerca de la Universidad de Cartagena. El romanticismo también impregnó la decoración del lugar que se asemeja a la de una antigua casa de té e invita a los clientes a pasar un momento agradable entre amigos, con elegancia pero sin mucha pompa. Así empieza la historia de la Gelatería Paradiso.
Local perfecto, decoración perfecta ¿y los helados? Los jugos frutales cartageneros fueron el inicio de esta historia, pero para hacer el sueño realidad, hacía falta un poco de polvo de hadas que ayudara a María Nevett a cumplir su objetivo de preparar los mejores helados de Cartagena, muy a pesar de no tener experiencia previa en el mundo de la gastronomía. La ayuda viajó directamente desde el cono sur, en las manos de Emilio Scannapieco, un maestro heladero de origen italiano dueño de la heladería Scannapieco en Palermo, una de las mejores heladerías de toda Argentina hasta 2010, cuando lamentablemente cerró. Sin embargo, la tradición heladera no se quedó tras las puertas del antiguo local, sino que viaja por el mundo enseñando los secretos de la heladería artesanal, y en uno de esos viajes, con casi 80 años, visitó Cartagena para enseñarle a la venezolana cómo se hace un helado con tradición y buen sabor.
“Logré convencer al hijo de que me lo dejara traer a Cartagena y estuvo conmigo casi un mes en el que me enseñó hasta qué máquinas comprar, aunque se quedó petrificado porque las mías eran más sofisticadas que las que él usaba y decidió enseñarme a hacerlos de la manera más artesanal”, cuenta María recordando los primeros pasos de la gelatería.
El maestro Scannapieco no dudó en compartir el secreto de sus helados y desde el principio fue tajante en dejar claro que lo más importante es prepararlos con los mejores ingredientes y cuidar el proceso artesanal. Por eso, si se quiere hacer un helado de mango, lo mejor es comenzar pelando el mango que usted mismo escogió en el mercado. Eso es realmente lo que hace la diferencia y así se trabaja en este espacio. Vainilla de Madagascar: en busca de los mejores ingredientes En su afán por seguir los consejos del maestro Scannapieco, María Nevett no ha dudado en invertir suficiente esfuerzo por conseguir los mejores ingredientes. El ejemplo que resalta son los helados de vainilla – vainilla, no mantecado – con la especia traída directamente desde Madagascar, isla líder en la producción de este ingrediente. Las frutas también son delicadamente seleccionadas y para esto, Nevett cuenta con asesoría de mujeres colombianas que le han enseñado el proceso agrícola y le han mostrado opciones típicas de la costa que la caraqueña no conocía.
“Poco a poco fui conociendo los sabores de las frutas nuevas. Iba probando con las que me gustaban. Empecé a averiguar para recuperar los sabores de la costa y siempre he sido estricta para que los helados sean 100% naturales. Nos la pasamos cazando las mejores frutas. Nada de colorantes, químicos, ni pulpas”. La importancia que se le da al trabajo artesanal en la Gelatería Paradiso va más allá de sus puertas y llega al campo colombiano. Desde sus inicios, María Nevett compra las frutas de los helados a los campesinos de Fruy-lac, una cooperativa de Montes de María, que se dedica a la recolección de frutas de altísima calidad. Además, los trabajadores de este grupo son colombianos, en gran medida afectados por las consecuencias de la violencia en el vecino país, que han conseguido en Fruy-lac una opción sustentable para recuperar las tierras. ¿Quién dice que son “los mejores helados de Cartagena”? Cuando se quiere conquistar a toda una ciudad es necesario llegar a sus residentes más notables y no hay local más insigne de Cartagena que el propio García Marquéz. ¿Le gustaban estos helados al Gabo? “Le encantaban el de níspero y el de guanábana. Los últimos años no venía a la tienda, pero los mandaba a pedir en las copitas de coco que usamos para servir los helados”, cuenta María Nevett como si se tratara de un cliente común. Y es que aquí se atiende a cada cliente con la misma frescura y naturalidad con la que se preparan los helados. Esta actitud fue la que le abrió las puertas de la casa presidencial cuando una tarde cualquiera se atrevió a tutear a la Primera Dama porque “creía que era una muchachita que venía a pedir helados”. “Entró la muchacha joven, muy sencilla y pensé que era una asistente. Hablamos mucho rato y al final fue que me di cuenta porque le pregunté su apellido. ‘De Santos’, respondió. Me dio mucha pena no haberla reconocido”, confiesa Desde ese día, la Casa de Huéspedes Ilustres en Cartagena es un lugar habitual para las empleadas de la gelatería, que tienen el honor de ser presentadas por el propio presidente Santos como las mejores de Colombia: “Disfruten de ricos helados, hechos por una venezolana que se vino huyendo de Chávez”, dice el primer mandatario a los huéspedes que recibe de todo el mundo. “El primer evento fue con Ban Ki Moon y yo no tenía ni idea de cómo llevarlos. Con el tiempo ya estamos mejor entrenadas y tenemos todo fríamente calculado” Barak Obama, Bill y Hillary Clinton, Felipe González y Mario Vargas Llosa son algunas de las personalidades que han probado los helados de María Nevett, quien está orgullosa de servir entre los sabores, el chocolate venezolano que ha sido un éxito porque es preparado con Chocolates El Rey. Con el pasar de los años, Nevett se enamora cada vez más del paraíso de los helados que ha creado. Es una ocupación de tiempo completo que le permite exprimir su creatividad. Sabores como caramelo salado o lulo con albahaca han sido opciones muy buscadas que surgen de la inventiva de María y sus cuatro empleadas. “Me encanta mezclar e inventar con los sabores. Hace poco sacamos el de camburcitos horneados y ha gustado bastante. A veces hay sabores que no funcionan tan bien en vitrina porque generalmente los turistas buscan los helados clásicos, mientras que los hoteles prefieren los sabores más exóticos”, comparte
El trato personal al cliente es tan bien cuidado que si usted se ha enamorado de algún sabor y no lo consigue en la vitrina, le invitan a que se de una vueltecita por el casco histórico mientras que ellas lo preparan solo para complacer su gusto.
Coordenadas para comer los mejores (y pioneros) helados cartageneros con sello venezolano:
- Dirección: Calle de la Estrella con Calle el Cuartel. Centro Histórico de Cartagena, Colombia
- Teléfono: +57 5 6604945
- Instagram: @gelateriaparadiso
Fuente El Estímulo
Gelatería Paradiso, helados, deliciosa, belleza venezolana