Escuela Técnica, Artes Visuales, Cristóbal Rojas, propuestas
Luego de años paralizada debido a los damnificados que ocupaban la sede, la Galería Espiral inauguró recientemente la muestra Dana viva con imágenes de la década de los cincuenta en Caracas
Donde hoy se exhiben fotografías de una época pasada convivieron familias de damnificados. La sala de exposición –un rectángulo plano, de colores crema y una hilera de ventanales– se dividió en once habitaciones. En lo que hoy es la Galería Espiral no hubo arte, sino necesidad.
Este espacio artístico forma parte de la Escuela Técnica de Artes Visuales Cristóbal Rojas, donde el lunes se inauguró la muestra Dana viva. Consiste en casi 40 imágenes en mediano formato que realizó el fotoestudio que existió en el centro de Caracas entre mediados de los años cuarenta hasta finales de los noventa.
La propuesta, que permanecerá abierta al público hasta el 17 de febrero, muestra una serie de niños que en la década de los cincuenta posaron sonrientes disfrazados de animales, reinas, muñeca, zorros, indígenas. Además se exhiben amplificadoras alemanas y el proceso de revelado. No solo rinde homenaje al fotoestudio, sino que es una de las actividades de la institución para reactivar sus espacios de arte, luego de la reinauguración en 2015 tras ser reubicados los damnificados.
Es la sexta muestra desde entonces: primero se exhibió parte del material en dibujo, pintura, escultura y cerámica de la escuela. Luego se exhibieron dibujos de los niños del Jardín de Infancia Canta Pirulero (Caracas) sobre Simón Bolívar, una exposición con los trabajos realizados por las escuelas técnicas. Y en lo que va de año escolar se han presentado los proyectos de los alumnos y otra en la que los protagonistas fueron los profesores.
El profesor Rolando Garrido es el encargado de la galería. Adelanta que vendrán proyectos relacionados con la restauración del patrimonio y las artes del fuego. “Hacemos un trabajo de promoción de estas actividades porque el estudiante no está acostumbrado a esta dinámica de visitar galerías. Tratamos de que exista esa motivación para atraerlo. Encontrarse con esto es algo nuevo”, asegura.
Infraestructura. Al comienzo se llamaba Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas. Fue en 1958 cuando cambió su nombre a la Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas, que luego volvió a modificarse. Por allí pasaron artistas como Mateo Manaure y brevemente Jacobo Borges.
Actualmente, convertida en escuela técnica, tiene una matrícula de 370 estudiantes y 40 profesores. Su componente de educación incluye materias como Ciencias Naturales, Educación Física, Biología, Lengua y Matemática; las relacionadas con el perfil original: arte puro, del fuego y gráficas; y las del nuevo currículo: huerto escolar.
Se suman los grupos estables, llamados ahora grupos culturales. Son elegibles y en ellos los alumnos ven danza, teatro, pintura corporal, música. Además, la escuela ofrece talleres a la comunidad de orfebrería y dibujo. Todo es gratuito.
La infraestructura es enorme y para su mantenimiento no reciben ningún apoyo del Estado ni de otro ente. “Es bastante rudo. Generamos campañas y nos inventamos estrategias para conservarla. Se hacen jornadas de limpieza con los estudiantes, los representantes colaboran con el cloro y los insumos, y los profes aportan para las clases”, señala Nancy Ortuño, subdirectora técnica.
Agrega que para este año tienen un plan: “Un proyecto socioproductivo, sociocultural en este caso. Con todo lo que los muchachos aprendan y generen en los talleres nosotros podremos montar nuestro espacio e ir a encuentros de artesanos. Porque creemos que el Estado no nos tiene que dar todo; nosotros debemos generar espacios de producción, porque así lo decreta también la educación técnica”.
Transformación. El coordinador de Cultura de la escuela, Somar Toro, señala que la línea que regirá las actividades artísticas obedecerán a la política de Estado: “El plan de masificación de las artes y las culturas por la paz. Esto abarca programas como los encuentros permanentes, las grillas y los grupos estables que forman parte de las materias; por ejemplo, el profesor de Matemática da ajedrez en su carga horaria. El propósito es crear territorios de paz”.
Juan Carlos Lugo, profesor de fotografía, dice que esta transformación curricular ha generado un año movido: “Se replantearon muchas materias, se incorporaron y fusionaron otras. Estábamos acostumbrados a que cada uno trabajara en su área de conocimiento. Y tener que dar tres materias, que ahora se llaman áreas de formación, no ha sido sencillo porque no hubo un proceso previo en el que al docente se le formara para ello”.
Damnificados en la escuela
Cuando llegaron los damnificados en 2012 a la Escuela Técnica de Artes Visuales Cristóbal Rojas se paralizó todo, recuerda Carmen Tenece, auxiliar de montaje y protocolo. “En toda la edificación había carpas. Al personal se le dejó una sola ala, en la que trabajaban y los profesores daban clase. En los sótanos solo funcionaron 3 talleres. Al principio el edificio se necesitaba para 8 familias, pero luego vieron que la estructura era céntrica y tenía baños suficientes, entonces trajeron a casi 1.000 personas. Luego las fueron trasladando hasta que solo quedaron 300”. Entonces se hizo un convenio con los alumnos y asistían a la institución en ciertos horarios a recibir clases, hubo una programación especial para que el año escolar pudiera terminar sin detenerse.
Fue el 29 de septiembre de 2015 cuando se oficializó la reinauguración, para la cual se invirtieron 14.748.246 bolívares.
Fuente El Nacional
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Originally posted 2017-02-08 13:52:10.