Emigrar bien es una estrategia

Javier, ingeniero de sistemas, acababa de casarse en 2013 y esperaba un bebé. Un día, después de visitar un cajero electrónico en una zona clase media de Caracas, fue abordado por dos individuos que lo mantuvieron secuestrado por varias horas en su propio vehículo. Pese a que no tuvo heridas físicas, las mentales lo llevaron a tomar la decisión casi inmediata de emigrar. En pocas semanas había vendido su casa, su vehículo y sus enseres, además de haber comprado los pasajes para irse hacia Estados Unidos, sin permiso de trabajo y con una permanencia temporal que lo obliga a salir del país con cierta regularidad. En la actualidad, pese a contar con un trabajo que le permite cubrir los gastos, no está ejerciendo su profesión y es subpagado, en comparación con sus compañeros, pues no cuenta con la documentación exigida, lo que limita también su capacidad de ahorro. «Trabajo muchísimo, tengo años que no voy al gimnasio ni salgo a divertirme porque tenemos que reunir para el próximo pasaje que vamos a utilizar. Tengo problemas con mi esposa, pero al menos sé que mi hijo está seguro y que no tengo que hacer colas para comprar comida»,  reflexiona.

Esta es una de las no pocas historias de venezolanos que han optado por la migración como el mejor camino para alejarse de los conflictos sociales y económicos que atraviesa el país. Francisco Ochoa, abogado, especialista en finanzas y migración de la firma Legalys, explica que las principales razones por las que el venezolano busca salir de la nación son la inseguridad, la inflación y la escasez. «Este año amenazan con juntarse los problemas con la distribución del agua y la electricidad», acota. «Para cualquiera, venga de donde venga, es difícil emigrar, inclusive si cuenta con todos los medios para hacerlo. Para nosotros los venezolanos es especialmente cuesta arriba porque no tenemos tradición de emigrantes. La diáspora comenzó hace más de 15 años. Nuestra emigración no ha sido por motivos culturales como ir a aprender una nuevo idioma o porque vamos a estudiar, es porque vamos buscando eliminar el estrés de nuestra cotidianidad», dice Ochoa quien hace más de una década ayuda a los venezolanos a buscar nuevos horizontes en Panamá y brinda asesoría a aquellos que quieren trasladarse a otros países con el Taller del emigrante exitoso que organiza mensualmente en el escritorio para el que trabaja.  «Por la manera desordenada como los venezolanos están emigrando decidimos que lo mejor era hacer una guía que brindara las herramientas necesarias para hacerlo de la forma más exitosa posible. Durante los últimos 17 años la improvisación ha sido una constante que ha generado un caos frecuente, inclusive en las personas que deciden mudarse fuera del país, lo que deviene en dificultades», aclara Ochoa. Es común escuchar que «Juan» o «María»  retornaron a Venezuela con «las tablas en la cabeza» debido a múltiples razones.

Para lograr una migración exitosa los abogados explican que deben tomarse en cuenta ciertos aspectos, algunos de ellos pocas veces mencionados por las personas que ya viven en otras naciones.

Organice con cabeza fría
Los expertos exponen que el inmigrante siempre está sometido a mucho estrés, generado por las expectativas de la vida que está por emprender, lo que induce a que los individuos no respondan de manera lógica, coherente y objetiva. «Se empiezan a tomar decisiones basadas en experiencias subjetivas o por referencias. ‘Que a Gladys le va bien en Perú’, ‘mi tía vive en España. Ella me puede ayudar. Me dijo que me fuera’, ‘Alemania es un país avanzado. Allí es donde quiero estar’, entonces esa visión es el origen del fracaso y de las penurias que están viviendo todos los venezolanos afuera o la razón principal por la que muchos retornan sin haber conseguido sus objetivos».

A diferencia de otras nacionalidades, la mayoría de los inmigrantes venezolanos son profesionales que dejan sus empleos y cierto confort obtenido en su diario vivir (casa, vehículo) con la idea firme de irse «así sea pasando trabajo», lo que deviene en el abandono de sus actividades comunes, hobbies, hogar y afectos. «Entonces vemos a hombres y mujeres que están en otros países con sobrepeso, inconformes con su suerte y molestos porque no comparten con la familia», explica el abogado.

Emigrar «bien» es un proceso que implica tiempo; principalmente hay que plantearse el objetivo de la inmigración. Más allá de huir de ciertas circunstancias, lo ideal es trasladarse por motivos como desarrollarse profesionalmente, con la intención de establecer un negocio, pasar los años dorados en tranquilidad o invertir en propiedades. Cada persona o familia debe tener su propio plan de emigración dependiendo de lo que quieran obtener. De la meta a conseguir dependerá la organización y trámites a seguir.

Error: Querer vivir en un país no visitado
No crea todo lo que dicen los folletos de viaje y las páginas dedicadas al país que usted quiere mudarse. Opte por invertir un tiempo en él. Invierta ese lapso en calcular cuánto gastaría en transporte, vivienda, servicios y alimentos. De esta manera podrá saber cuánto es lo que gasta un ciudadano promedio en ese sitio. Aproveche de conversar con los habitantes del país sobre los impuestos y los problemas (porque todas las naciones tienen sus propias tribulaciones). Establezca contacto con los valores de esa cultura. De esta forma podrá evaluar si realmente se sentirá cómodo allí.

Igualmente, visitar la nación le permitirá vivir el gasto de pasajes y la distancia de Venezuela. Si usted deja a familiares en el país seguramente querrá visitarlos con cierta frecuencia y ellos contarán con que usted esté relativamente cerca para cualquier emergencia.

Evite ilegalidades
La desesperación es mala consejera. Entrar a una nación como turista y conseguir un empleo es un delito que expone a muchos individuos a situaciones como una deportación. Francisco Ochoa lo resume de la siguiente manera: «Quieres alejarte de la inseguridad, de la escasez y de la inflación, entonces ahora huyes de los agentes de inmigración».

Es importante buscar asesoría formal para emigrar legalmente de manera tal que pueda ejercer su profesión, abrir un negocio, obtener la documentación necesaria y disfrutar de las ventajas que ofrece el destino escogido. Existen diversos tipos de visados y documentos necesarios para habitar en determinados sitios así que lo más indicado es evitar problemas con la ley.

Error: Emigrar a un país muy diverso culturalmente
«Un consejo: me debo ir a un país similar al mío. Con condiciones climáticas parecidas, con un lenguaje que maneje y con el que me sienta identificado. Los países que más recomiendo son los latinoamericanos porque tenemos una cultura, una religión y una historia común. La gente que ha vivido en Asia sabe lo difícil que es adaptarse a la comida o la gente que ha vivido muy al norte, como en Canadá, sabe lo duro que es acostumbrarse al frío», menciona Ochoa, quien refiere a que muchos inmigrantes no toman en cuenta estos puntos porque pueden resultar «tontos»; sin embargo, adecuarse a estos cambios ha probado tener barreras porque implica sentirse distante de la cultura en la que se está viviendo. Esto provoca el llamado «homesick» que es una forma de extrañar profundamente el hogar y el trato entre las personas en casa, sentimiento que debe evitarse para poder lograr los objetivos trazados por los migrantes.

Es importante tener claro que no hay lugar como el hogar. Si bien muchos extranjeros adoptan el país que los recibe como su nueva patria (como lo hicieran italianos, portugueses, españoles, colombianos, ecuatorianos, entre muchas nacionalidades en Venezuela), sentirse completamente pertenecientes a ese sitio no es sencillo. Como dice la canción de Desorden Público, los que se desplazan a otras naciones «algún día volverán», y para hacerlo de la mejor manera lo indicado es emigrar también de la forma más adecuada.