El sabor venezolano se instala en… ¿Portugal?

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Pues sí, ahora la experiencia gastronómica de venezolanos llega hasta Portugal, específicamente en Aljezur, donde se conjugaron las buenas vibras y sazón gracias a una familia caraqueña que apuesta por lo sano, sabroso y hermoso

Pueden ser casualidades de la vida, el destino o la búsqueda de la felicidad en la tierra. Lo cierto es que esta familia caraqueña terminó por juntarse en Portugal con una idea muy específica de lo que ellos creen debe ser la vida sabrosa. Al toparnos con esta nueva propuesta en Aljezur -Portugal- supimos exactamente de qué se trataba, aunque quedamos con las ganas de probarlos para que se nos pegara un poco de la aventura que mueve las fibras de esta familia.

Pese a deleitarnos únicamente a través de la vista, logramos hablar con Manuela Gornés una de las integrantes de La Sardinha, quien admite, que el restaurante se encuentra en manos de venezolanos que de verdad se “vacilan” lo mejor de su trabajo día a día.

“Todo comenzó cuando decidí visitar a mi hermano acá en Portugal. Cuando llegué, me encontré con un surf town bien discreto en el pueblo de Aljezur, donde se vive una vida sana y todo se basa en la ruta vicentina, la marea y sus olas”, recuerda Manuela.

Este pueblo que queda a tres horas y media de Lisboa, cuenta con increíbles playas y ofrece un estilo de vida que nada tiene que envidiarle al resto de lugares que compiten bajo la misma línea. Sin embargo, al momento de llegar, Manuela vio un potencial negocio que no había sido satisfecho: un lugar de comida saludable.

“Cuando mi madre vino a visitarme le comenté la idea de que aquí faltaba un lugar que ofreciera snacks frescos para comer antes y después de surfear, jugos o comida para llevar a la playa. Porque la verdad siempre he llevado ese estilo de vida y sentía que era lo único que faltaba en este lugar”.

No era la primera vez que Manuela intentaba establecer un local con esas características, ya lo había intentado en St. Barths y en Barcelona sin éxito, pero apenas pisó Aljezur, supo que era el lugar indicado. Eso sí, no fue de la noche a la mañana, fue una meditación que duró un año en materializarse y entre investigaciones y planificaciones, consiguió la locación ideal. Y entre recomendaciones y amistades que manejaban el tema en restauración, reconectó la idea para implantarla finalmente.

“La apertura de La Sardinha fue el 29 de Abril, pero con muy buenos resultados y comentarios”, cuenta orgullosa.

Hasta ahora parece un sueño hecho realidad. Manuela, se encarga de la imagen, las recetas y el diseño, cuenta que ahí, tanto ella como su hermano y el resto del equipo de La Sardinha, pueden practicar sus deportes así como llevar un lugar que representa el estilo de vida tranquilo y salado que tanto querían.

En La Sardinha podrás conseguir productos frescos y apoyar al proveedor local: “compramos la mayoría de nuestros productos en el farmer’s  market del pueblo”, asegura la emprendedora.

El día, en este restaurante soñado, comienza a las 9:00 am con un juice bar que ofrece yogurt bowls, smoothies, pressed juices y empanadas caseras. “Luego comienza el brunch, con una variedad de desayunos saludables como panquecas a base de avena, huevos del mercado local, etc.”, menú que por supuesto también incluye arepas.

Pese a ser un lugar manejado por manos venezolanas, las opciones no se limitan y en vez de ser conocidos por la típica comida criolla, su fama poco a poco la adquieren gracias a los bowls que ofrecen, con ensaladas o con base de arroz, proteína y verduras, siendo el poke bowl el plato que mejor manejan.

“Y en las noches los night specials, Ignacio Font y Francisco Paolini (los cocineros) se toman la libertad de crear platos según los productos frescos de ese día, cuenta.

El reto aquí -según Manuela- es que tanto los turistas como los locales sientan que pueden disfrutar todos los días, tanto de un plato en especial, como de comidas nuevas y sabores diferentes y variados. Es un lugar que no tiene pretensiones y busca la felicidad de sus comensales para hacerlos sentir como en casa. Tanto Ignacio Font como Francisco Paolini, fueron los responsables de la creación del menú y aunque no fue algo planificado, asegura que “este año, por lo menos, todos los que trabajamos en La Sardinha, somos venezolanos”, todos amigos de la infancia de Manuela y ahora, son una gran familia, o como dirían en Aljezur, “son La Mafia Venezolana”.

Lo cierto es que, además de sus presentaciones variadas, La Sardinha promete mucha diversión y sabor en cuanto a opciones, ya que en la localidad donde se ubica, lo que más se vende es comida portuguesa, y al momento de abrir este lugar, el atractivo tanto para locales como turistas, es que consiguen otras opciones como comida fresca y saludable todo el día, en especial los jugos, ya que Manuela expresa en reiteradas ocaciones, que es lo que más le gusta de su propuesta.

“Siempre he buscado estar cerca del mar y cuando viví por tres años en St Barths, me parecía muy extraño que no vendieran jugos naturales, cosa que sí conseguía en Venezuela -por ejemplo- donde después de surfear te tomabas el mejor batido de patilla en la frutería de Naiguatá”, recuerda.

Y aunque su primera vocación fue el diseño de modas, Manuela – quien además trabajó como directora de Marketing en Roxy y Quiksilver en Venezuela- supo codearse de las herramientas necesarias para comenzar este negocio ya que para el tiempo en el que se mudó a Barcelona, trabajó en hostelería y manejó un snack bar que resultó muy fructífero para sus conocimientos tanto en el manejo de lo productos como de los espacios y de los clientes. “Siempre me pareció importante trabajar en diferentes áreas, desde mesonero, cocina, bar, etc, así de esta manera saber y entender hasta el mínimo detalle de cada función. Pienso que es la única manera de poder entrar en este mundo”. 

Y así fue. Al momento de visitar a su hermano en Aljezur, supo que debía recoger sus maletas de Barcelona y quedarse en un lugar que según ella, le había encantado. Una vez mudada empezó a trabajar en un Surf House, donde ofrecía desayunos saludables y jugos. En las tardes, daba clases de surf , en las noches, hacía un “arepa night” y cuenta, que cuando veía la reacción de los clientes,“me daban más ganas de montar un espacio propio”

Mientras trabajaba, no perdió tiempo en aprender el idioma, de conocer cada detalle tanto de la forma en la que se manejaban a los proveedores como a los clientes y poco a poco la cosa tomó forma. “Se me acercó un amigo que me había escuchado que estaba buscando un local para abrir, nos reunimos y me llevó al espacio. Resulta que su madre también se llamaba Manuela y había manejado este espacio por 25 años, siendo el lugar más famoso de Aljezur, luego de fallecer hace tres años, decidieron cerrar el espacio y ahí entramos nosotros”.

Con ayuda de su padre John, sus hermanos Andrés, Orión e Intensity, y su madre -quien fue una de las propietarias de la conocida quincalla Zoco ubicada en Caracas- entre otras amistades, Manuela, hoy cuenta con orgullo, que La Sardinha espera con sus puertas abiertas, llenar las expectativas de todo aquel que desee gozar de forma brillante, la increíble propuesta de este especial restaurante.

Coordenadas La Sardinha 

  • Dirección: Vale da Telha , Sector B, Edif J-
  • Horario: martes a domingo de 9:30 am a 12:00 am
  • Síguelos: @lasardinha_aljezur

Fuente El Estímulo

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