Deyna de Venezuela celebró su 2016

Un inocente partido entre los equipos sub-15 femeninos de Caracas y La Guaira en las canchas del Complejo Fray Luis, de Las Mercedes, se convirtió en una fiesta. Una jovencita vestida con un gorro de navidad, una franela morada, un mono pegado y zapatos combinados con su blusa rompió de golpe con la dinámica típica de un partido de fútbol menor entre jóvenes de 15 años.

La enmascarada, porque llevaba un pequeño antifaz de Carnaval que no confundía a nadie, iba flanqueada por dos históricos del fútbol nacional, a los que tampoco era difícil reconocer a pesar de su atuendo navideño y la careta colorida.

Nada más se posó sobre la banda, todas las niñas la reconocieron. Era ella. Deyna Castellanos flotaba sobre la cancha de La Guacamaya, como lo hacen aquellos predestinados a hacer cosas grandes en el fútbol.

Ella no camina el césped sintético, flota sobre él. Toma el balón, se gira en un solo movimiento con la gracia de una bailarina, le saca una sonrisa con sus maneras de juego a José Manuel Rey y un gesto de impresión a Renny Vega, antes de rematar con violencia al arco para anotar un gol para su equipo.

“Este 2016 fue muy positivo”, contó después de que terminó la Copa Navidad de Empresas Polar, donde la maracayera fue una de las invitadas de honor del día.

“Cuando hago memoria, realmente me siento honrada y feliz de haber ganado el Suramericano, de jugar un Mundial maravilloso con mis compañeras, y de estar estudiando en una gran universidad. Ha sido un recorrido increíble”, apuntó mientras firmaba autógrafos y se sacaba fotos con todos los presentes en el partido.

“Disfruté cada gol del año, porque sé que eran alegrías para Venezuela”, apuntó la atacante, pieza clave también de las Seminoles de la Universidad del Estado de la Florida (FSU por sus siglas en inglés).

“Me encanta mi país, mi casa. Lo más difícil del año fue tener que pasar tanto tiempo fuera, lejos de mamá”, comentó. “El que no me lave la ropa, me haga la comida, todas esas cosas me hacen falta”, replicó entre risas, bromeando mientras Yrene, su madre, la veía orgullosa.
“Ya estoy adaptada a vivir la vida americana, y a lo que hago en la universidad. Tallahasee es una ciudad tranquila. El primer semestre fue complicado, porque estaba entre la selección y los estudios, pero lo pasamos bien”, dijo.

La atención de la gente era incesante, pero Castellanos no se perturba. “Esto es algo lindo. Lo disfruto mucho. Recibir el cariño de la gente, tratar de compartir, de darles una foto, un autógrafo, es algo que también es muy bonito».

“2017 será más tranquilo”, argumentó la atacante. “El no tener competencias internacionales ayudará, pero ahora hay que ponerse con todo en la Universidad, con el programa de soccer y las materias. Me toca ver cinco este semestre: Matemática, Inglés, Religión, Introducción a la Comunicación y otra especialización de inglés. Es un año para entregarse a los estudios, y que todo siga saliendo bien con los Seminoles”, remató.

Navidad familiar
La navidad de Deyna Castellanos transcurrirá entre sus familiares. “Ya estaba ansiosa de que llegaran estos días, para poder estar con mi mamá, con mi papá, mis tíos, mis primos. Mis navidades son siempre así, son muy ricas, porque nos reunimos todos y más ahora que no pudimos vernos en todo el año”, contó.

“Tratamos de mantener siempre las tradiciones. Comemos hallacas, pan de jamón, ensalada. En estos días no me privo de nada, porque para eso corro bastante todo el año”, aseguró mientras soltaba una simpática risa.