Conrado Pittari arma espacios simbólicos del drama

En una existencia que oscila entre la aspiración y la realidad es el dinero el símbolo de quiebre. Allí el hombre transita por un camino movedizo en el que la necesidad de bienestar –tal vez de opulencia– choca con las oportunidades que posee. Y este enfrentamiento, que es al final la historia de un país, se acentúa con una máquina generadora de discursos sociales: la telenovela.

Este concepto ha sido desde hace varios años la materia de trabajo de Conrado Pittari, para quien es fundamental indagar en el legado, en lo que somos. Su más reciente exposición, Herencia, versa sobre ello. Se inaugurará el domingo en la Galería D’Museo y estará abierta al público hasta el 25 de septiembre.
«Es un intento de retratar al país tomando en cuenta el factor de lo que desea el venezolano y su condición profundamente melodramática. Tomo la telenovela como punto de partida para abrir la discusión respecto a cómo ese espacio de poder y emancipación también nos sirve para construir nuestros sueños. Más que una crítica a los medios masivos, la exposición tiene que ver con la construcción de espacios simbólicos que ayudan a explicarnos a nosotros mismos», afirma Pittari.

Herencia está integrada por cuatro series fotográficas de mediano formato. Se hallan distribuidas en tríptico en las cuatro paredes de la sala por contraposición de concepto y lenguaje. De un lado está la imagen analógica de Eudomar Santos, personaje de Por estas calles, quien reacciona al saber que acaba de recibir una «cuantiosa» suma de dinero. Frente a él, fotos de una escenografía utilizada para un dramático de Venevisión en el que abundan los ornamentos y el lujo.
En un segundo enfrentamiento están los cuadros que muestran un set de grabación con restos de pintura y madera, en el que no se sabe si comenzará algo o acaba de terminar. Estos se oponen a unas imágenes en las que se alteraron fotogramas para generar la ilusión de cinetismo, factor representativo para Pittari de un país pudiente.

Entre estos elementos disímiles se despliegan un video y una instalación: 1.006 monedas de 1 bolívar, una supuesta riqueza que en realidad se traduce en 1 dólar. «Hay un espacio intermedio entre estas imágenes, en el que creo estamos todos los venezolanos a la hora de pensar en nuestra herencia; porque lo que nos construye es lo que nos da herramientas para seguir adelante», agrega el artista nacido en Caracas en 1983.

Herencia y gran parte del trabajo de Pittari se centra en los dramáticos nacionales, un género empobrecido en la actualidad, situación que difumina ese legado y resta espacios para generar identidades: «Caminamos entre la supervivencia y las ganas de caminar. La industria del melodrama televisivo está sola, depende de una ley que la tiene limitada. Hoy en día se hacen producciones que se exportan porque no las pueden transmitir aquí. Uno se queda vacío. Y es un trabajo que se realiza con las uñas, que no se compara con otros años».

D’Museo, Centro de Arte Los Galpones, Los Chorros
Inauguración: domingo, 11:00 am
Entrada libre