Cocineras, redes, talento, Venezuela
Los platos de Lovely Gourmet
“Cuando me casé,hace nueve años,también lo hice con la cocina: somos dos glotones”, comparte Elisa Bermúdez la génesis de su pasión. Inició, entonces, un recorrido autodidacta por recetas que derivó, de manera casi orgánica, en una cuenta de Instagram (@lovelygourmet), en la que explicaen detalle platos esmerados, que fotografía,y una página web donde propone manjares con su sello. “En Instagram presentorecetas más artísticas y gourmet. Como muchos me lo pedían, decidí abrir hace cinco años el blog, donde elaboro platos que me gusta comer y hago en mi casa”, comparte esta caraqueña, que se formó como publicista y se declara cocinera, fotógrafay algo de maracucha por amor y genes.
Su madre, Ana María Ferris, es fotógrafa y de ella ha aprendido las claves para las imágenes que capta de los alimentos. Su abuela es Lía Bermúdez, la vital artista creadora del Centro de Arte que lleva su nombre en Maracaibo. “Por eso me siento algo maracucha. De ella tengo el orgullo marabino. Mi otra abuela también es una cocinera increíble”. De tal engranaje familiar salieron las bases para lo que ahora propone y cocina.
Las recetas, que surgen de libros, son adaptadas por ella. “De repente voy manejando y se me ocurren cosas. Tengo una obra tituladaThe Flavour Bible que es mi referente. Cuando estás aprendiendo, buscas un ingrediente y exploras combinaciones de sabores”, expresa. De esas pasiones compartidas en Internet ha surgido una nueva dinámica en su vida. “Para mí, cocinar es superdivertido. Pero a raíz del uso de las redes se ha creado una comunidad muy chévere de seguidores. A veces voy por la calle y me dicen: ‘Qué increíble el plato que pusiste, Lovely”. Además, consiguió una vertiente remunerada y profesional. “Gracias a las redes sociales y al blog me han hecho ofertas de trabajo de fotografías o recetarios de productos”. Simultáneamente, cocina a fuego lento un libro y un programa de televisión. Mientras, al placer compartido de comer en pareja se han sumado nuevas dinámicas. “Antes de sentarnos a la mesa tengo que hacer fotos y mil videos. Mi esposo tiene paciencia”.
Las recetas de La Montelongo
Carmen Montelongo tiene el verbo fácil de los buenos conversadores.Llega impecable apelando a la entereza, desgrana su historia endetalle y corre a hacerse cargo de nuevo de la urgencia difícil que la ocupaba: atender a su padre en una clínica. “Hayquienes durante las protestas cuestionaron que compartiera recetas, pero es mi manera de mantener la cordura. Incluso, en mi momentopersonal de adversidad lo sigo haciendo. Esto es un pequeño oasisdonde la gente se puede desconectar un rato”, puntualiza.
Quien es conocida por sus fieles en Instagram como @lamontelongo,combina en esas líneas dos pasiones, cocinar y escribir. Así, lasrecetas que comparte en esa red tienen el cuido de quien las escribe con gusto. “Escribí poesía desde pequeña. Y todo el mundo puedeconectarse con una metáfora que, además, se puede comer”. De hecho,estudió Letras en la Universidad Católica Andrés Bello. La cocinatambién es una pasión ejercida. “Me gustó cocinar siempre. Llegué aella por necesidad emocional y me ha salvado. Creo que fui depresivahasta que comencé a cocinar para otros”.
En un momento cocinaba para su familia y amigos. Luego tuvo unservicio de catering que mantuvo hasta hace dos años, cuando laslimitaciones por los ingredientes transformaron el gusto en angustia.Y allí se abrió paso la mesa servida de las redes.
“En Instagram mostraba platos que preparaba, me comenzaron a pedir las recetas y lasempecé a contar. No fue algo planificado. Al principio me daba penaporque eran muy poéticas. Luego me di cuenta de que eso me diferenciaba”.
Ahora comparte con sus más de 23.000 seguidores los detalles de platosvenezolanos que elabora en casa. “Hacer una fosforera es un prodigio.Yo aprendí cocina venezolana después de grande. Mis padres soncanarios y en mi casa no se preparaba asado negro”. Toda la comida está destinada a su familia cuyos integrantes saben que antes de la prueba viene la fotografía de rigor. “En mi casa dicen que no se come sino hastaque se escucha el click”.
En esa comarca virtual de fieles agradecidos tiene muchos venezolanos que viven en otras fronteras y se encuentran con sus recuerdos através de las recetas que ella propone. “Muchos sueñan con estos saborescuando están afuera. Es muy gratificante saber que uno puede serempático. Ahora soy una adicta al Instagram. Tengomucha gente que me quiere y no sé porqué. Ya no puedo salir sin maquillar porque alo mejor me consigo con uno de mis seguidores”.
En Instagram: @lamontelongo. Pronto estrenará su blog, que se llamará igual.
Elisa M. Bermúdez está en Instagram como @lovelygourmet y su web es https://www.lovelygourmet.top
Fotografías: cortesía Lovelygourmet
Las tortas de El gato goloso
Gandalf duerme en el sofá con indiferencia de felino que no se inmutaante las visitas. Su dueña, Mariaeugenia Aveledo, bautizó en su honor un blog de recetas que en enero de 2018 cumplirá una década. “Cuandobuscábamos nombre, a mi esposo y a mí se nos ocurrió El gato goloso,aunque la golosa sea yo”.
Ella es ingeniero en telecomunicaciones y se dedicó a esa carreradurante 21 años. Ahora prefiere prender el horno a diario paracompartir lo que allí logra. Su gusto por la pastelería y la panadería lallevó a afinar destrezas en cursos en el Gapp y el Iepan. Y surgió eldeseo de compartir sus hallazgos. “Comencé cuando era incipiente eltema de los blogs. Quería incentivar a otra gente a hacer pan ypastelería en casa”. Eso se ha extendido desde hace dos años a sucuenta en Instagram, donde muestra tortas y panes listos, ante lamirada diestra de quien se ha especializado también en fotografíagastronómica y ofrece cursos en la materia. “Comencé haciendo cursosde fotografía. En un momento todo hizo click, y me di cuenta de quesi tenía un blog de comida, para qué iba a estar sacando imágenes de embarazadas”.
Las recetas que comparte pasan por varias pruebas. “Procuro que seanfáciles y que a mí me hayan resultado. En estos tiempos tambiénmuestra cómo sustituir ingredientes. Hace poco, su esposo tuvo una dolencia que lo obligó a comer sin gluten temporalmente. Loque parecía un revés, la llevó a ensayar recetas que cumplieran esacondición sin perder el gusto.
De esta dinámica tiene la disciplina, por lo menos una veza la semana, de compartir recetas con una comunidad que aprecia. “Heconocido gente maravillosa en este ambiente que es de compartir”.
Enlas paredes de su sala aguardan post its con recetas diversas. “Decidí hacer un e-book con los platos de quienes visitan el blog que por alguna razón querían dar a conocer. Todos tienen su historia”. A quienesse quieran estrenar en esmeros similares propone: “Sitienes la necesidad de compartir algo, hazlo. No esperes a tener lacámara perfecta ni quieras ser como Martha Stewart. Lo más importante es no compararse con nadie”.
En Instagram y el blog: El gato goloso
Varias venezolanas comparten consejos y recetas en las redes consobrados seguidores. Entre ellas, Morella Atencio @caraqueandoando,María Carolina Izquiel @simplebeautifulfood y Bat-el Lancry desdeMargarita @baticocina
Fuente El Nacional
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