Carolina Lozada, cuentista, venezolana, guionista, narradora, perfil
“Desde otra perspectiva, podemos ver que la sexualidad como liberación recorre al igual que una corriente eléctrica la obra en marcha de Carolina Lozada, un rebuscar afanoso en los cuerpos, tanto en los ajenos como en el propio”
Valera, 1974. Narradora, guionista, lectora del Tarot y amante de las mascotas. Licenciada en Letras por la ULA, participa activamente en algunas páginas web de divulgación literaria, tales como “500 ejemplares” y “Las Malas Juntas”. Se define simplemente como narradora y concibe la escritura como un oficio, tal vez irrenunciable, que practica, según sus propias palabras “con neurótica constancia”.
En su breve carrera ha publicado cuatro libros de cuentos: Historias de mujeres y ciudades (2007), Memorias de azotea (2007), Los cuentos de Natalia (2009) y La culpa es del porno (2013). También publicó un libro de crónicas literarias, La vida de los mismos (2011). Su obra ha sido reconocida por varios premios, entre ellos el de Relato Breve El País Literario (Madrid, 2005) y el Municipal de Narrativa “Oswaldo Trejo” (Mérida, 2006). En el 2013 participó en una residencia para escritores en Italia, becada por la Fundación Bobaglio.
En sus primeros escritos, Lozada asume su voz femenina, con desenfado, audacia y un toque de humor, y va dibujando las coordenadas de un mundo, sería mejor decir un submundo, en el cual pareciera que solo hay cabida para los desheredados de la tierra, aquellos que nada tienen que perder. Asistimos a un desfile de hombres solos, mujeres maltratadas, mendigos, prostitutas jubiladas, ajados oficinistas, poetas de la legua, un malandro elevado a los altares, en fin: personajes emparentados con el héroe predilecto de sus lecturas: Raskolnikov. Y aparecen también textos que parecieran ser el producto de cierta dispersión temática, los explicables tanteos de una primera vez: apuntes, bosquejos, miniaturas, intentos de mini–ficción, fragmentos de prosa poética…
Progresivamente, Carolina ha ido afinando sus instrumentos narrativos logrando en sus nuevos relatos, además de cierta unidad temática, una excelente articulación de los elementos que conforman la narración. Y así, Los cuentos de Natalia nos muestran a una autora centrada, con una muy clara conciencia de su oficio, vale decir con un estilo propio. En cuanto a los temas, continúa su exploración por el subsuelo, con una característica muy especial que la define y distingue de sus pares: no le interesan para nada los fastos, brillos o lamentos de la autoficción: pareciera decirnos que lo suyo es el voyerismo, que solo se ocupa de la vida del prójimo, en particular de sus existencias mínimas, por lo general miserables y efímeras.
Desde otra perspectiva, podemos ver que la sexualidad como liberación recorre al igual que una corriente eléctrica la obra en marcha de Carolina Lozada, un rebuscar afanoso en los cuerpos, tanto en los ajenos como en el propio, haciendo de esta indagación, que pudiera muy bien prescindir del amor, no solo un leit motiv sino una razón de ser, convirtiendo el porno (soft) en una especie de geografía de las emociones. A propósito de este “tema” escribí para la contratapa del último libro de Carolina un breve texto, del cual cito un fragmento que considero pertinente para una mejor comprensión de su lectura: “En La culpa es del porno, Carolina Lozada incursiona, con desparpajo, ironía y gracia, en los procelosos territorios de la picardía vernácula. Valiéndose de un lenguaje preciso que mezcla el habla cotidiana con elementos de una rica simbología proveniente de la mejor tradición literaria del género, que se remonta a Rabelais, Lozada logra crear personajes y situaciones divertidas e hilarantes, bordeando lo grotesco y el vaudeville”. Se me ocurre, luego de unas nuevas y reposadas lecturas de estos relatos, sin pretender realizar un análisis sociológico y dejando de paso al doctor Freud en su sofá, que en la obra de Carolina Lozada predominan los alegatos contra las formas de poder, cualquier poder que intente imponerse desde la fuerza y la arbitrariedad, predomina la rebeldía de un ser que va poblando los paisajes de nuestra mente con una bandada de golondrinas muertas.
El cuento titulado “El cumpleaños de Elisa”, perteneciente al libro citado, seleccionado para esta antología, carece de los elementos propiamente escatológicos que distinguen a la mayoría de los relatos. Sin embargo, el tono kafkiano, el impecable desarrollo y el inesperado y hermoso final, hacen del conjunto una pieza memorable.
Fuente El Nacional / El Nacional Web
Carolina Lozada, cuentista, venezolana, guionista, narradora, perfil
Originally posted 2016-08-29 19:00:36.