Aníbal Sánchez se reencontró con la victoria

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Aníbal Sánchez, se reencontró, la victoria

El venezolano terminó con la sequía de triunfos de 10 meses al trabajar 6.0 innings y guiar la victoria de los Tigres de Detroit sobre los Gigantes de San Francisco

El conteo de victorias y derrotas de Aníbal Sánchez estaba congelado en el tiempo.

Inerte. El 2017 no se reflejaba en él, pues desde el año pasado los números vitales del lanzador eran los mismos. Lógicamente, el profundo bache en el que cayó, que desembocó en la pérdida de un puesto en la rotación de los Tigres de Detroit, le aminoró las oportunidades de triunfar. Lo positivo para él fue que el reglón de los reveses tampoco se abultó.

Pero cuando se entra en calor, como lo está Sánchez en este instante, el hielo no dura para siempre. Los gruesos y fríos casquetes que rodeaban la foja se diluyeron. La razón: la sólida salida de 6.0 innings que tuvo ayer el venezolano contra los Gigantes de San Francisco. Logró evitar grandes daños rivales y la ofensiva, la eterna aliada de los escopeteros, hizo lo sufi ciente para que los bengalíes conquistaran el triunfo, 6 a 2, en el Comerica Park, feudo de los rayados.

Es el reencuentro con la victoria para Sánchez. Algo que parecía olvidado y no es una exageración. Antes de salir airoso, la última vez que los anotadores le habían apuntado el triunfo fue el 23 de agosto de 2016, contra los Mellizos de Minnesota.

Mucha agua ha corrido bajo el puente desde aquella vez; por ejemplo, trató de ser un relevista largo, comenzó a trabajar en momentos de poca presión, buscó infructuosamente retomar su lugar en la rotación, bajó a Triple A para conseguir su ritmo, se lesionó y de nuevo volvió.

Sin embargo, cada uno de esos hechos está englobado en el pasado.

Los cinco hits y las dos carreras que les aceptó a los Gigantes, además de los ocho ponches que propinó, robustecen su presente. Son elementos que señalan un buen regreso.

Y eso se argumenta como se acostumbra en el beisbol: con los números.

Desde que fue subido del Toledo, el 19 de junio, arropado con un manto de interrogantes, Sánchez ha trabajado 23.1 capítulos en los que ha dejado una efectividad de 3.09, notoriacarreras que les aceptó a los Gigantes, además de los ocho ponches que propinó, robustecen su presente. Son elementos que señalan un buen regreso.

Y eso se argumenta como se acostumbra en el beisbol: con los números.

Desde que fue subido del Toledo, el 19 de junio, arropado con un manto de interrogantes, Sánchez ha trabajado 23.1 capítulos en los que ha dejado una efectividad de 3.09, notoriamente superior al 9.00 que tenía antes de dar un paso hacia atrás.

Aunado a la disminución de carreras limpias por cada nueve episodios, los adversarios le conectan para un promedio de .143 en el lapso. Ese es un guarismo que refleja dominio, algo que había desaparecido en sus presentaciones.

Los jonrones que ha sufrido también han sido escasos, ya que solo le han dado uno. Ese es el cambio más notorio en la nueva versión de Sánchez, pues los cuadrangulares han sido la daga en el corazón en el pasado reciente. De hecho, entre el 2016 y los primeros 21.0 tramos de esta campaña, le pegaron 39 batazos de vuelta entera.

Inédito poder
Las luces se posaron en Sánchez, pero el venezolano Dixon Machado también tuvo un rol importante en el triunfo de Detroit. El campocorto se fue de 3-2 con dos remolcadas para subir su promedio a .314. Sin embargo, lo más importante para el torpedero es que conectó el primer bambinazo de su carrera en MLB.

Machado se la desapareció en el segundo inning al derecho Chris Stratton, con un corredor en circulación.

El lanzallamas Bruce Rondón puso otro granito de arena para que la balanza se inclinara para Detroit. Trabajó de forma impecable el octavo pasaje y ponchó a dos rivales. Por San Francisco, Gorkys Hernández ligó de 3-1.

Fuente El Nacional

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