Ángel Sánchez, elegancia, sello, moda, diseñador venezolano
Hay mucha experiencia y distancia entre La Casa del Hilo, el lugar en el que aprendió a dar las primeras puntadas en su natal Valera, y la ciudad de Nueva York. Hace casi dos décadas, un admirado y reconocido Ángel Sánchez se iba de Venezuela a comenzar una etapa en la que prevalecería su gusto por la elegancia sin exageraciones y los principios arquitectónicos adquiridos en su carrera universitaria. Y es que para Sánchez, evolucionar no ha significado sacrificar su esencia, mas sí enriquecerla con la visión que aporta una capital de la moda, salvaje y multicultural, convertida en prueba de fuego para quienes han decidido instalarse con un proyecto propio.
Como explica, desde el inicio de su carrera como diseñador a finales de la década de los ochenta, siempre tuvo como norte hacer de su nombre una marca. El foco y el empeño puestos, unidos a la calidad de su trabajo, le han dado frutos. “Creo que siempre pensé en construir una carrera, más que una marca. No soy de quienes diferencian mucho la marca de la carrera: si tienes suerte, tu carrera se transformará en una marca. Siempre he querido expresarme a través de un proyecto propio, quizá haya algo de ego creativo involucrado en esa decisión”. Y si bien confiesa que en algún momento de su carrera se planteó trabajar con una marca grande, nunca lo ejecutó y se dedicó a diseñar su propio éxito. Eso sí, no fue sencillo comenzar de cero en Nueva York, mucho menos después de salir de Venezuela con un nombre posicionado dentro de la entonces enriquecida industria de la moda nacional. Pero admite que justamente el desconocimiento de los riesgos fue, quizá, su mejor protección.
“Al principio uno entra con mucha ingenuidad a una plaza como Nueva York. Pero esa misma ignorancia me ayudó a no sobredimensionar los riesgos que implicaba en lo que me estaba metiendo. Yo estaba muy cómodo como diseñador en Venezuela y mudarme a Nueva York era un plus. Hoy en día Nueva York es mi plaza y dividirme entre las dos me quitó energía. Fui muy tímido con mi decisión, hoy me hubiese mudado más rápido”.
En la actualidad, y a pesar de tener una firma más grande y fortalecida, Sánchez sigue ocupándose del diseño. Es lo que le apasiona y se esmera por estar involucrado en esa parte vital del proceso. Pero lo que sigue exige que delegue. “El diseño y atender a los clientes particulares es lo que me emociona. Pero la producción, las ventas, tener que convencer de las cualidades del producto, eso me fastidia. Después de hacer los prototipos, delego muchísimo”. Ese nivel de cercanía con los diseños hace que, en su caso, la marca y la persona sean casi inseparables, aunque inevitablemente el alejamiento ocurrirá si quiere apostar por la expansión, tal y como ocurre con las grandes casas de moda.
“La marca está más ligada a mi persona de lo que yo quisiera, pero mi marca aún necesita que la represente. Y esa separación va a ocurrir en algún momento, pero todavía no hay otros diseñadores trabajando bajo mi nombre. Me gustaría que mi marca se diversificara, que no dependa tanto de mí”. En 17 años de carrera en Nueva York son muchos los consejos de negocio que ha recibido, pero recuerda el que le dio una de sus primeras clientas en la Gran Manzana. “Yo llegué aquí con una colección muy local. Y la clienta me dijo que estaba muy lindo, pero que eso no era lo que buscaba la mujer americana. Que mirara lo que se estaba haciendo, lo que se estaba vendiendo y presentara mi propia versión. Eso le dio mayor amplitud a mi trabajo”.
“La fortaleza del venezolano tiene que ver con todo lo que ha tenido que sortear en su propia plaza. Se ha acostumbrado a sortear adversidades y superarlas, y eso constituye una ventaja invalorable”
Fuente Todo En Domingo
Ángel Sánchez, elegancia, sello, moda, diseñador venezolano
Originally posted 2016-10-09 18:04:47.
