Todos los días desde el Aeropuerto de Maiquetía despegan aviones hacia cualquier país del mundo, siendo la mayoría de sus pasajeros venezolanos que cargan con un equipaje lleno de ilusión, esperanza y optimismo. Esta es la historia de Alejandro Fernández Araque, un caraqueño que dejó hace casi 14 años la comodidad de su hogar para buscar nuevas oportunidades en España; hoy es el ejemplo claro de que si algo le sobra al venezolano es perseverancia, esfuerzo y constancia para alcanzar sus sueños.
Alejandro nació en Caracas, en 1980, pero fue criado en Turmero, estado Aragua. Viene de una familia igual a la de la gran mayoría de los venezolanos: humilde, trabajadora y, sobre todo, unida.
En su natal Venezuela, a Alejandro nunca le faltó un plato de comida, sin embargo, la necesidad de vivir nuevos retos y disfrutar de una mayor calidad de vida lo llevó a tomar la decisión de emigrar a España en el año 2003 cuando apenas estaba por cumplir 23 años.
Dicen que todo comienzo es difícil y él puede dar constancia de que es así: “Cuando decidí ir a España apenas iba para 23 años. Mis comienzos fueron muy duros, siempre tuve tres trabajos hasta que en el 2013 hice realidad mi sueño de crear mi propia empresa”, explica Alejandro desde Madrid a Rootsalad.
Sus manos le dieron forma a jardines, se volvieron más ásperas en la construcción, aprendió a lidiar con huéspedes en hoteles y clientes en restaurantes, fue soldador y hasta cerrajero. “Por el día trabajaba en la construcción, por la noche era camarero y los fines de semana hacía de cortador de jamón”, cuenta.
Para Alejandro, cualquier trabajo que le permitiese ganar dinero de manera digna para mantener sus gastos, ahorrar y enviarle a sus padres en Venezuela, valía. Y a pesar de que en algunos momentos la soledad y las ganas de ver a su familia le empujaban a tirar la toalla, él sabía que al final merecería la pena el esfuerzo.
En total fueron 10 años los que Alejandro tuvo que esperar para tener la dicha de recibir a sus familiares en la misma terminal de llegada que él mismo pisó sin tener a alguien que lo recibiera con un abrazo.
“Gracias a Dios hoy tengo a toda mi familia conmigo y algunos hasta me ayudan con la empresa”, comenta.
De jardinero a empresario
En Venezuela el jamón ibérico es un producto gourmet, que solo puede ser consumido por algunos sectores. Por eso, pocas veces Alejandro había tenido la oportunidad de degustar este “lujo gastronómico” en su natal Caracas y fue en Madrid cuando realmente descubrió su pasión.
“Mi empresa comienza ilegalmente en 2005 vendiendo bocadillos de jamón en la Plaza de Toros de Las Ventas cuando había Ferias de Madrid”, explica.
Al ver el éxito que tenía con los bocadillos decidió lanzar una página web para ofrecer sus servicios como cortador de jamón profesional y catering.
Lagasca Catering fue el nombre que Alejandro escogió para su pequeña empresa, la misma que poco a poco fue creciendo hasta ser contratada para deleitar a los asistentes del Festival de Cine de Cannes, grandes eventos de la Fundación Nuevo Futuro de Su Majestad la Reina de España, el mismísimo Real Madrid, entre muchos otros.
Pero Alejandro sabía que para alcanzar el mayor de los éxitos tenía que perfeccionar sus técnicas, por lo que durante un tiempo decidió incorporarse a un catering de camarero y aprender los conocimientos para aplicarlos en su empresa.
Hoy en día Lagasca Catering solo ofrece sus servicios para clientes VIP y una cartera de clientes antiguos.
Pasión por el jamón
En el año 2010, Alejandro hizo realidad uno de sus más grandes sueños al inaugurar la primera tienda gourmet de jamonería Montanera Selecta Jamón Ibérico Premium y The Famous IberianHam Bellota.
“A día de hoy son cuatro tiendas en Madrid-Capital, gracias a la unión de tres cooperativas que me han permitido instalar mi parcela de secadero de jamones con un volumen de 10.000 jamones al año y todos de máxima calidad”, detalla Alejandro, quien ahora es cortador de jamón experto con dos marcas propias.
Asimismo, explica que tener dos marcas de jamón le ha brindado una amplia ventaja respecto a la competencia, ya que su producto se ha convertido en exclusivo.
“The Famous Iberian Ham Bellota es una marca dirigida al público extranjero, que ve al jamón ibérico como el caviar español”, señala Alejandro sobre este alimento, que se ha convertido en el principal reclamo gastronómico a escala mundial.
Vino ‘Sifrino’
Su nuevo y ambicioso proyecto se trata de un vino que lleva por nombre ‘Sifrino’, una idea que ha venido desarrollando desde hace 5 años y hoy se convierte en una realidad.
El vino ‘Sifrino’ es un producto elaborado en España pero es hecho con corazón venezolano, por lo que fue adaptado a un buen maridaje con carnes, guisos, rellenos de arepas y quesos, que son las principales comidas de los venezolanos.
“Cuando les explico a los españoles lo que significa ‘Sifrino’, una palabra completamente venezolana, les gusta mucho porque significa pijo”, comenta Alejandro.
A pesar de que lleva poco tiempo en el mercado, el vino ‘Sifrino’ ya es un éxito por su gran calidad. De hecho, dentro de muy poco saldrá a la venta ‘Sifrino Blanco Rueda’.
Con esta historia no cabe duda del espíritu emprendedor que tiene el venezolano dentro y fuera de nuestras fronteras, dejando claro además que para triunfar y dejar en alto el tricolor nacional solo hacen falta ganas de salir adelante. ¿Conoces una historia de emprendedores venezolanos en el exterior?
Fuente Root Salad
Originally posted 2016-05-10 21:55:47.