Alejandra Sarmiento, derribó la barrera, obesidad, esfuerzo, entrevista
A pesar de sufrir de obesidad mórbida, tener madre esquizofrénica, y ser criada solo por su padre, la venezolana de casi 30 años de edad no duda en demostrarle al mundo que la confianza en sí misma es una de las cualidades que le ha permitido luchar contra esta enfermedad. Al optar por un estilo de vida más saludable, combina la alimentación sana con el ejercicio físico mientras trabaja con pasión en el marketing. También se prepara día a día para lograr una meta: ser triatleta.
Aunque estuvo llena de problemas emocionales, Alejandra Sarmiento (@Ale180grados), afirma seguir en un proceso que no le permite emocionarse demasiado por sus logros, porque anhela conseguir mucho más. Señala que tuvo que «tocar fondo» para empezar el camino por lo sano. Resume como una experiencia difícil el cambio de su estilo de vida y asegura haberse encontrado consigo misma luego de vencer una época de inseguridades y de discriminación. Desde que decidió darle un giro a su vida se declara obsesionada por los objetivos que comparte permanentemente a través de sus redes sociales.
¿Qué te motivó a cambiar tu estilo de vida?
«Tuve que tocar fondo para hacerlo de manera definitiva. Me sentía muy mal a nivel físico y personal. No encontré la salida hasta que el choque con mi soledad y conmigo misma me hizo empezar a cambiar».
¿Qué importancia tiene estar bien contigo misma?
«Lo es todo. No fue que tuve que cambiar mi estilo de vida porque tenía un problema conmigo. En realidad, yo descubro esto en el camino cuando me doy cuenta que estaba llena de problemas emocionales. Tenía apatía a las cosas que me hacían feliz. Hasta llegué a darme cuenta que no sabía cuál era mi color favorito o comida preferida. A partir de ese punto, empiezo un proceso de descubrimiento. ¿Qué me hacía feliz?, ¿Qué me perturbaba?, ¿Qué hacía que yo cayera en depresión?».
Cómo recibiste el apoyo de tu familia.
«Al principio no recibí apoyo de nadie. Cuando comencé este camino estaba sola. Recuerdo que me encontraba con un amigo y él fue la primera persona que empezó a preocuparse por mí. Se dio cuenta de cosas que yo pensaba, que la gente no notaba. Por ejemplo, estar cansada cuando caminaba, estar agitada y triste. Allí comenzó a cambiar todo y llamé a mi papá, quien vivía en Perú, y le dije que quería mejorar a nivel físico y emocional. No me creyó hasta después de los seis meses».
La cirugía de bypass gástrico es muy usada en casos de obesidad. ¿Te lo planteaste ?
«Sí. Fui al endocrinólogo con mi papá y recuerdo que le dijo «a tu hija hay que ponerle un balón gástrico». Era un proceso muy sencillo pero buscamos escurrirnos de todas las formas existentes para no caer en ningún tipo de procedimiento quirúrgico. Me daba mucho miedo aventurarme con alguna cirugía. Nadie me decía que era para estar bien de salud, sino porque me vería mejor. En el fondo nunca me sentí mal con mi físico, pero llegué a odiarme después de tantas ofensas a mi alrededor».
¿Cómo ha influido en tu personalidad estar en contacto con el mundo fitness?
«Encontré un escape maravilloso. Empecé corriendo por las rutas que una nutricionista me había recomendado y estando en ellas crucé con corredores que nunca me dijeron algo desagradable, todo lo contrario, me motivaban con frases como «tú puedes», «¡Vamos! Así se hace», cosa que me hacía reír y entusiasmaba, porque nunca antes me había sucedido que me alentaran personas con excelentes condiciones físicas. Estar en gimnasios fue fuerte al principio, me miraban y me hacían sentir mal. Una vez que entro a Caracas Multi Sport conozco a gente deportista asombrosa como Ana Trujillo, Luis Chávez, entre otros maratonistas, quienes se hicieron mis amigos y me brindaron apoyo e impulso total».
¿Está prohibido en tu vida caer en la tentación de un chocolate, te permites premios?
«Cuando comencé las fulanas dietas lo que me perturbaba era cuando me prohibían comer algo. Pero cuando comencé la nutrición deportiva, el nutricionista me llevaba a hacer la actividad física. Son muy permisivos y comprensivos. Me permiten comer rico y saludable. Mi nutricionista me decía: «en la vida real siempre te vas a tropezar con esas cosas y es imposible que no te las comas», es cierto. Me doy mis gustos».
¿Qué consejo le darías a una persona con tus problemas?
«Eso es una experiencia muy personal. Estuve 25 años intentando cambiar porque mis padres y la gente me lo decían. Pero nunca me motivé a hacerlo. Entonces es muy delicado dar una recomendación. Lo mejor que puede hacer una persona que desea ayudar a otra es simplemente acompañarla. Siempre me tuve mucha estima y sabía que tenía grandes cualidades, pero los mismos problemas me llevaron a comer en exceso o caer en vicios, porque al final uno es un animal sociable y, al verte, solo buscas incrustarte en cualquier circunstancia para poder fluir con lo que pasa a tu alrededor».
¿Qué importancia tiene para cualquier persona empezar el camino por lo sano?
«Lo que importa es que la persona esté sana y sea realista. Nadie vive una alimentación extrema, porque eso es antinatural, es algo que no vas a poder sostener toda tu vida. Cuando aprendes a comer bien te permites ciertos gustos. Mi obesidad es emocional y a veces me sirvo un poco más de las porciones indicadas (risas). Luego de que sabes que te puedes equivocar pero encuentras inmediatamente el equilibrio, dejas de culparte demasiado».
¿Es posible comer bien y mantenernos saludables en tiempos de crisis?
«Yo lo estoy logrando, sin tener que generar grandes cantidades de dinero. Lo único difícil de vivir con ese objetivo es no tener siempre gran variedad de alimentos. Pero la obligación contigo mismo no hace pesado el proceso, sino satisfactorio; aunque no tengas lo que deseas comer en el momento».
Incursionarás en el teatro. ¿De motivadora a actriz?
«En este caso voy a desempañar mi propio papel. Es una forma de expresar mi vivencia en algo donde las personas puedan vivir una práctica emocional. La obra está en proceso de gestación y espero dar a conocerla junto a Liz Canelones muy pronto. Es una idea que trata sobre el encuentro de una médico saludable y hermosa con una paciente completamente irreverente y poco entusiasta. Entonces es un enfrentamiento entre ambos personajes, donde ella exhorta a todos sus pacientes de forma abrupta a hacer lo que ella considera que está bien».
¿Cómo sobrellevaste tanto ataque de la sociedad y de tu familia?
«Con mi familia lo que he hecho es comprender que cada quien tiene su experiencia de vida. Cada persona responde a lo que ha vivido por años, ellos no son maltratadores ni infligen maltrato por intención, sino porque vivieron un proceso similar y no se han dado cuenta. Y eso mismo lo he entendido de la sociedad, esos que me insultan o me critican obviamente tienen carencias y dificultades. Quisiera poder ayudarlos, porque son personas solas y frustradas».
¿Pensaste en algún momento en la muerte?
«Ni despechada (risas). Nunca he dicho «me quiero morir». Hay mucha vida por delante».
¿Te sientes feliz?
«No todo el tiempo soy feliz, pero disfruto de cada momento en el cual lo soy. La felicidad es una decisión. Y si me preguntas ahorita te diría que sí estoy siendo feliz, tengo salud, acabo de comer (risas), tengo trabajo que hacer y acabo de brindarle un helado a mi ahijado. Así que creo que soy muy feliz en este momento».
¿Cómo va el proceso de preparación para convertirte en triatleta?
«Mi entrenador, nutricionista y fisiatra decidieron que no voy a correr este año. Siempre he unido mi pérdida de peso con metas deportivas. Me parece aburrido decir que voy a hacer una dieta o entrenar para perder peso. Así que decidimos unir propósitos deportivos a este proceso con el fin de que pueda mejorar varias condiciones. Con la pérdida peso voy a poder correr sin necesidad de gastar la estructura de mis rodillas. Estoy haciendo entrenamientos con cauchos, ligas, entre otros, y eso lo es todo, lo demás es indiferente».
Fuente Estampas
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