Hace aproximadamente dos años, un par de venezolanos emprendedores invirtieron en un camión usado para transformarlo completamente en una cocina ambulante. Su objetivo: poder compartir lo que comían desde pequeños siendo itinerantes, instalándose en varios sitios de la capital francesa, París.
Una ciudad variopinta y multicutural pero muy exigente en cuanto a gastronomía se refiere. Muchos kilómetros han recorrido con su foodtruck Ají Dulce y ahora han conseguido la oportunidad de invertir en un pequeño local en el distrito 9 de París y seguir transmitiendo ese amor por la comida venezolana.
“El foodtruck no lo abandonamos por nada en el mundo, es y será nuestro primer bebe, gracias a esta forma más cercana de llegarle a los comensales, hemos podido dar a conocer, con mucha humildad, lo que conoce nuestro paladar desde pequeñitos”, comenta Daniela Baland creadora en conjunto con Luis Machado del concepto de AJI DULCE.
Esta primera experiencia los llevó a pensar en buscar un punto de equilibrio “El Foodtruck nos permite estar en varios sitios, sin embargo, París aún no está 100% abierto a los Foodtrucks, tuvimos la dicha de haber quedado seleccionados entre más de 200 trucks para poder instalarnos con autorización de la prefectura en algunos distritos de la ciudad parisina, pero la vida de un foodtrucker no es fácil, París tampoco es El Dorado, de un distrito al otro hay mucha diferencia y aún queda camino por recorrer. El francés está acostumbrado a comer sentado, su vino, entrada plato postre, está cambiando la tendencia pero aún hay trabajo, por ello necesitamos ser aún más regulares y rentables, no siempre tenemos autorizaciones para vender nuestros platos, es una batalla diaria, de ahí la idea del restaurante”, comenta Luis.
Desde hace unas semanas Luis y Daniela o Ají dulce como les gusta ser llamados, han lanzado una campaña por Internet a través de una plataforma interactiva dedicado al crowdfunding, llamado ULULE un sistema de financiamiento participativo donde los clientes o futuros clientes pueden aportar una cierta cantidad de dinero escogiendo la recompensa que más le interese.
“Es una forma más democrática de recaudar fondos, no se pide que se regale dinero, se ofrecen servicios y la persona interesada compra ese servicio. Las plataformas de financiamiento piden comisiones, por ello calcular bien lo que realmente necesitas. En nuestro caso, estamos con la campaña para poder colectar 16.000 EUR, mucha gente pensará que es muchísimo dinero, pero en comparación con todo lo que hemos invertido, no es mucho. Si logramos el objetivo nuestro pequeño restaurante podrá estar full equipo y abrir pronto, nos permitirá también proponer más cosas a los comensales, tenemos montón de ideas que pueden materializarse con este pequeño espacio. El banco nos aprobó una minúscula parte de lo que necesitamos, más aportes personales de Luis y yo, hemos podido avanzar con el proyecto, pero no sería suficiente para todos los gastos”, agrega Daniela.
¿Después del foodtruck y el restaurante , algo más?
“¡Nos encanta rodar, eso es seguro. Otro perolito con ruedas quizás, por lo pronto motivar a la gente que nos sigue a colaborar con nuestro hermoso segundo proyecto, ya después, el destino arepístico lo dirá todo!”, comenta Luis.
Fuente Rootsalad
Originally posted 2016-07-09 13:40:28.